Segundo derrumbe en dos meses en un tramo del recinto amurallado de Daroca

Un tramo de muralla de Daroca se ha desprendido durante estos últimos días, al parecer por las precipitaciones de la semana pasada. Se trata del segundo derrumbe que se ha producido en el conjunto en apenas dos meses, ya que el pasado 19 de febrero un vecino notificó al Ayuntamiento un caso en la parte del Castillo Mayor de la localidad. En esta ocasión, han sido cerca de cuatro metros de largo por unos tres de alto que se sitúan en el cerro de San Jorge, entre las torres de la Espuela y de las Cinco Esquinas, y que consisten en un muro construido en tapial, con refuerzos de ladrillo en forma de lacerías.

"Hago un llamamiento a todas las instituciones porque es algo que necesita del compromiso general", explica el alcalde, Miguel García. Asegura que han sido varios los escritos a todos los organismos y que la respuesta ha sido el silencio: "Hablamos con el director general de Patrimonio y nos dijo que no había partida al estar prorrogados los Presupuestos".

García insiste en que haya "un compromiso con inversiones plurianuales de varias instituciones". "Es algo -apunta- que a nosotros nos sobrepasa". En este sentido, subraya la necesidad de retomar un estudio que elaboró el Gobierno de Aragón en 2015: "Tiene que estar más presente que nunca, porque en él se recogen todos los detalles y las actuaciones pormenorizadas y priorizadas”. Y añade: "Hemos hecho algunas actuaciones puntuales, pero nuestra capacidad es muy limitada". Asimismo, recuerda que "el problema no son los últimos 10 años, sino los últimos 50".

También reconoce: "Habíamos solicitado dos intervenciones en el cerro de San Cristóbal (la parte más cercana al centro urbano y justo enfrente de la última parte afectada) por 40.000 euros, porque la zona de San Jorge no era la peor". Por su parte, desde la oposición, el socialista Álvaro Blasco recuerda la labor que se hacía desde las escuelas taller para la recuperación y conservación del trazado.

El conjunto amurallado de Daroca se declaró como Monumento Histórico-Artístico en 1931, lo que hoy es conocido como Bien de Interés Cultural. Según consta en el Sistema de Información del Patrimonio Cultural Aragonés, el recinto cuenta con casi 4.000 metros de perímetro, cuyo deterioro se inició con las guerras de Independencia y Carlistas y que ha avanzado hasta la actualidad.