Otro camión provoca nuevos daños en uno de los arcos de la plaza de Chodes
Vecinos que residen en esta construcción, declarada BIC, se despertaron de madrugada hace unos días sobresaltados por el fuerte ruido. El Ayuntamiento ha interpuesto una denuncia
Los arcos de la plaza de Chodes, que data de mitad del siglo XVII y es Bien de Interés Cultural, están cada día más estropeados por los daños que provoca el continuo paso de camiones de gran tonelaje por la A-2302. El Ayuntamiento lleva años reclamando una solución, que pasa por construir una variante. La DGA cuenta ya con el proyecto para esta circunvalación, que costará 465.000 euros y tendrá un plazo de ejecución de unos seis meses.
Pero, mientras llega este esperado momento, los vecinos que residen en este singular monumento, que consta de 24 pisos (incluida la casa consistorial), continúan soportando con resignación los ruidos y vibraciones y conviviendo con el riesgo. El último episodio sucedió hace una semana, cuando un camionero que circulaba a las tres de la madrugada por esa carretera desoyó la señal que prohíbe el paso para los vehículos que superan los 3,8 metros de altura.
"El estruendo que hizo el choque del camión nos despertó. Fue como una explosión". Todavía con el susto en el cuerpo, Mari Mar Ostáriz, que reside con su familia junto al arco, bajó corriendo a la calle para ver qué había ocurrido. Los cascotes de esta construcción, un bien protegido en la categoría de conjunto histórico, se esparcían por el suelo. Varias personas advirtieron al conductor de lo que había ocurrido, pero este continuó su trayecto tras atravesar el otro arco. Por ello, dieron aviso de lo sucedido a la Guardia Civil y facilitaron el número de matrícula del vehículo. Una patrulla lo interceptó unos kilómetros después y le multaron "con unos 200 euros", según relató la vecina afectada. Ahora, los tráilers "suelen pasar de noche" para evitar dar un rodeo, dijo. La alcaldesa, María Dolores Torrubia, por su parte, interpuso también la correspondiente denuncia en el cuartel de Morata de Jalón por lo sucedido.
Ostáriz reside en esta vivienda desde que se casó, hace 23 años: "Antes la carretera no registraba el movimiento que tiene ahora". Según relata, los camiones de grandes dimensiones "frenan al llegar al arco" y el sonido resuena en su casa tanto que "vibra incluso la vajilla". "Ya se han abierto nuevas grietas, que tendremos que reparar de nuevo", añadió. Mientras llega la ansiada variante, critica que los residentes de la plaza están "desprotegidos". Tanto que teme que "algún día pase algo y se acaben cayendo las casas".
Puyalón denunció hace unos días que se están "destruyendo" los arcos de la plaza de Chodes y culpan al Departamento de Vertebración Territorial por no actuar y prohibir que los vehículos pesados circulen por esta plaza.