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TRIBUNALES

Piden prisión para la encargada de un club por falsificar la firma de un cliente

El fiscal afirma que imitó la rúbrica para cobrarle con su tarjeta 1.000 euros en una noche.

Una mujer se sentó ayer en el banquillo de los acusados para responder de un delito de falsedad, en concurso con otro de estafa, por el que el fiscal le pide dos años y dos meses de prisión y una indemnización de 1.000 euros. Esta es la cantidad que la acusada, encargada de un club de alterne de la calle de Agustina de Aragón, supuestamente se apropió tras pasar tres veces la tarjeta de un cliente por el lector electrónico e imitar su firma. El primer cobro fue de 300 euros, el segundo de una cantidad similar y el cuarto de 400.


La acusada, Yaneli A., negó este extremo y declaró que fue el propio hombre, cliente habitual del club, quien pidió servicios y tomó bebidas por esas cantidades. "La primera vez le pasé solo las copas, que eran 300 euros. Luego decidió estar con una chica morenita y le cobré otros 300 euros. Al cabo de diez minutos, dijo que quería que fueran otras dos chicas y le pasé un cargo por 400, 200 por cada una", relató la mujer, que esa noche estaba de encargada del local.


Yaneli A. manifestó que el hombre es un cliente habitual del establecimiento y que desde que se produjeron los hechos que dieron origen a esta denuncia, en julio de 2008, ha vuelto en numerosas ocasiones. "Sin ir más lejos, anoche (por la noche del domingo) estuvo en el bar", declaró.


Respecto a la forma de cobro, la acusada contó a la juez que exige la tarjeta y el DNI y que hasta que los clientes no firman el resguardo, no devuelve los documentos. "Yo solo escribo el número del carné de identidad y ellos firman el justificante. Les doy la copia y el original lo entrego al gestor. Y todos los comprobantes son por servicios realizados", afirmó.


Por su parte, el cliente declaró que no sabe muy bien si esa noche pagó o no con la tarjeta, ya que bebió bastante. Tampoco recuerda si estuvo o no con chicas. Pero que lo que tiene claro es que la firma de los resguardos no es suya. El hombre denunció los hechos al ver los cargos en el banco. "Era una cantidad desorbitada", expresó.


En cuanto a los hechos, reiteró que no los recordaba con claridad. "Eran altas horas de la madrugada y había bebido alguna copita", dijo. Añadió que cuando va no paga con tarjeta, pero que no se acuerda si esa noche la entregó. "Al menos, yo no fui consciente", insistió.


La perito caligráfica que testificó en la vista oral aseguró de forma rotunda que quien firmó los resguardos fue la acusada. Tras estudiar los cuerpos de escritura de ambos, llegó a la conclusión de que el cliente tiene un trazo diferente y que fue Yaneli A. quien imitó la rúbrica.


El fiscal dijo que la prueba pericial no deja lugar a dudas, mientras que el abogado de la acusada, José Cabrejas, mantuvo su inocencia y pidió la absolución. El letrado añadió que si los servicios se consumieron, y no hay prueba de lo contrario, no hay estafa y que al hombre le mueven otros motivos para denunciar, como problemas económicos o con su mujer.