Los trabajos de restauración de la escalinata del Óvalo de Teruel, paralizados desde finales del año pasado con el fin de evitar las fuertes heladas invernales, que dificultan el desarrollo de las obras, han sido retomadas este lunes. La Fundación Santa María de Albarracín, que llevó a cabo la primera fase del proyecto, se enfrenta a esta segunda etapa con el fin de avanzar en la recuperación de un monumento emblemático de la ciudad muy deteriorado por la humedad, las inclemencias meteorológicas y el paso del tiempo.

Como ha explicado el gerente de la Fundación Santa María de Albarracín, Antonio Jiménez, uno de los caballos de batalla de esta nueva fase de restauración será la eliminación de la vegetación que ha colonizado por completo la zona más húmeda de la escalinata, la que se encuentra más próxima a la fachada del Instituto de Enseñanza Secundaria Vega del Turia. En este paño, también debido al efecto de la umbría, los ladrillos con que se construyó el monumento están recubiertos por acumulaciones de carbonatos que en ocasiones alcanzan un centímetro de grosor y que van a ser eliminadas.

Otra de las actuaciones tratará de devolver a esta parte de la Escalinata –el monumento fue construido en estilo neomudéjar a principios del siglo XX para salvar el desnivel entre la estación de tren y el casco antiguo de la ciudad– todas las cerámicas decorativas verdes y blancas que se han perdido con el tiempo y que suman una alta cifra.

El proyecto contempla también una actuación en el túnel que discurre bajo la escalera comunicando la calle de Víctor Pruneda con el espacio que da acceso a la Delegación del Gobierno aragonés. Tras esta segunda fase de obras, aún quedará pendiente de restauración la otra margen de la Escalinata así como las barandillas que rodean el altorrelieve de los Amantes. La intervención es fruto de un convenio entre el Ayuntamiento, la Fundación Santa María de Albarracín y la Fundación Térvalis, que financia el trabajo.