El parque paleontológico de Teruel Dinópolis permanece cerrado, por segundo año consecutivo, entre el 1 y el 9 de julio, coincidiendo con las Fiestas del Ángel de la capital turolense, una medida que no ha gustado a los hosteleros, que pierden aquellos clientes que llegan a la ciudad interesados por los recursos que ofrece este centro que combina ocio y ciencia.

Cuatro son las razones por las que Dinópolis no abre sus puertas justo cuando arranca la época vacacional, si bien todas ellas tienen que ver con la celebración de las Fiestas del Ángel y, en especial, de la Vaquilla, los días grandes del festejo, en los que la ciudad pasa de 35.000 a 70.000 personas. 

Como explica la gerente de Dinópolis, Higinia Navarro, debido a las fiestas, el escenario más grande de los conciertos se ha instalado a la entrada del parque, en la explanada que habitualmente hace las veces de parquin, con los que los clientes se encuentran sin zona donde dejar el coche.

En la misma explanada, si bien más lejos de la entrada de Dinópolis, están las ferias. Las atracciones, tómbolas y puestos de comida no llegan a cortar el paso hasta el parque paleontológico, pero apenas dejan unos metros para que la circulación del tráfico, lo que dificulta le llegada hasta el centro dedicado a la vida de los dinosaurios. "Entre los conciertos y las ferias, está copada toda la zona", ha explicado este miércoles Navarro.

Según la gerente de Dinópolis, el fin de semana de la Vaquilla -los próximos días 6, 7 y 8 de julio-, el parque no registra una excesiva afluencia de público, debido a que, al celebrarse las fiestas, no se pueden realizar otras actividades en la ciudad, entre ellas ver monumentos, pues también están cerrados por la Vaquilla.

"Tenemos un público familiar"

"Tenemos un público familiar, que quiere ver otras cosas cuando han terminado con Dinópolis y no puede hacerlo porque la ciudad está en fiestas", afirma Higinia Navarro.

Por último, la Gerencia de Dinópolis considera positivo dar a sus empleados unos días de descanso coincidiendo con la Vaquilla. "Nuestros trabajadores son mayoritariamente gente joven, que valora poder disfrutar de las fiestas; hay que tener en cuenta que en Dinópolis se trabaja todos los fines de semana durante la primavera, el verano y el otoño", explica Navarro, quien destaca que "no es fácil" encontrar empleados en estos tiempos.

Aunque las localidades en las que se encuentran las siete subsedes de Dinópolis -Peñarroya de Tastavins, Ariño, Albarracín, Riodeva, Rubielos de Mora, Galve y Castellote- quedan al margen del torbellino festivo de la capital provincial, estas se cierran también los mismos días "porque la mayor parte de la gente suele comprar las entradas de forma combinada con la sede principal". "Tenemos un calendario único para todos los centros", subraya Navarro.

La gerente explica que el balance de visitantes del año pasado, cuando el parque ya cerró en verano por estas mismas fechas, fue muy similar al de otros años. Aclara que descendió ligeramente la afluencia de público, pero que se achacó al excesivo calor que se registró en agosto.