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El último rebaño bravo trashumante recorre 500 kilómetros para volver de Jaén a Frías de Albarracín
El ganado de Alicia Chico transita a pie durante un mes vigilado por cuatro vaqueros para llegar a los pastos de verano.
El último rebaño de ganado bravo trashumante, el de Alicia Chico, ha cumplido este martes su primera semana de desplazamiento a pie desde los pastos de invernada en Jaén hacia su lugar de estancia estival, en Fría de Albarracín y Orihuela del Tremedal. Cuatrocientas vacas de lidia viajan caminando manejadas por un equipo de cuatro vaqueros a caballo más un quinto hombre que hace el camino con un vehículo de apoyo.
El viaje, que empezó el pasado día 28 de mayo en la finca El Pendoncillo de Vilches (Jaén), se prolongará hasta el próximo 26 de junio, si no hay contratiempos. El ganado y sus pastores recorrerán a pie 500 kilómetros para volver a sus fincas de verano en el valle del Cabriel de Frías de Albarracín y en el puerto de Bronchales de Orihuela del Tremedal. Durante un mes de caminata, las reses y los vaqueros dormirán en el camino. Las vacas pernoctarán en cercanos desmontables y los hombres, en tiendas de campaña.
Los últimos días han sido molestos para la expedición ganadera debido a las tormentas que se han registrado, un inconveniente que se ha traducido en una sensación de "bochorno" que hace más pesado el camino, como indica el mayoral de Alicia Chico, Tomás González. Agrega que la lluvia no ha sido un problema durante el trayecto recorrido hasta ahora, salvo por la sensación de calor húmedo que soportan los hombres y el ganado.
El rebaño vacuno aprovecha durante su desplazamiento hacia el norte el pasto que crece de forma espontánea en torno a la Cañada Real Conquense –la secular ruta trashumante que utilizan los pastores de la Sierra de Albarracín–. González destaca la abundancia de hierba para alimentar sus reses en el tramo de la Cañada que discurre por Andalucía y Ciudad Real debido a las lluvias recientes. Los animales también disponen de agua suficiente para abrevar.
El mayoral alerta de que la situación será más complicada al llegar a la Sierra de Albarracín, donde no llueve desde hace un par de meses y donde el pasto empieza a escasear. "El monte está un poco verde, pero tiene que llover más para disponer de alimento para el verano", indica el responsable de la expedición ganadera.
El rebaño de Alicia Chico avanzaba este martes por Villanueva de la Fuente, en la provincia de Ciudad Real, tras completar el primer cuarto del desplazamiento hasta Frías. La manada está formada principalmente por hembras porque los machos, debido a su difícil manejo en el camino, viajan en camiones hasta su destino.
El viaje se lleva a cabo por la Cañada Real que discurre por las provincias de Teruel, Cuenca, Ciudad Real y Jaén. Es el mismo camino que utilizan los trashumantes desde la Antigüedad, como ha demostrado recientemente el arqueólogo Francisco Burillo a partir de la excavación del yacimiento celtíbero de El Castillejo del Vallejo del Sordo de Bronchales, que se remonta a hace 2.500 años y que ha aportado pruebas de las estrechas relaciones culturales de los pastores celtíberos con la cultura ibérica andaluza.
El rebaño partió de Frías de Albarracín hacía Jaén el pasado 25 de noviembre con el reto de llegar a Vilches en invierno. Ahora hace el mismo recorrido pero en sentido inverso. Tomás González critica la progresiva invasión de la Cañada Real –cuya anchura teórica es de 75 metros– por explotaciones agropecuarias, cultivos, infraestructuras, vertederos e, incluso, campos de golf hasta reducir la amplitud a solo 10 metros.
El mayoral se lamenta de las dificultades para encontrar el personal necesario para realizar el desplazamiento trashumante a pie, más económico que la alternativa en camiones. Las dificultades han reducido el número de ganaderías de lidia que trashuman desde los Montes Universales de un máximo de 14 a una.
