Teruel

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Los desalojados de una casa contigua a la que se derrumbó hace un año en Teruel pueden regresar

El Ayuntamiento autoriza reocupar cinco de los 11 pisos evacuados del número 23-25, pero varios vecinos prefieren esperar.

Gregorio Navarro observa el desescombro de la finca contigua desde su piso de la calle de San Francisco tras volverlo a ocupar.
Javier Escriche.

Cinco de los 11 pisos que fueron desalojados en el edificio de los números 23-25 de la calle de San Francisco de Teruel como consecuencia del derrumbamiento del número 21 el 13 de junio de 2023 pueden reocuparse cuando está punto de cumplirse el primer año del hundimiento. Sin embargo, los propietarios de dos de las viviendas desprecintadas prefieren esperar a que termine el desescombro de la finca contigua, ya muy avanzado.

Ante las peticiones de los desalojados del bloque de los números 23-25, el Ayuntamiento autoriza la vuelta a cinco pisos, de los que solo tres se van a reabrir y, en todos los casos, para alquiler. La autorización solo permite la vuelta a las viviendas situadas por encima del primer piso, mientras que los seis situados bajo el nivel de la calle, continuarán cerrados a la espera de la finalización del desescombro contiguo.

Al autorizar el regreso, el Consistorio advierte de las incómodas "condiciones" en las que está la calle, con "elementos necesarios para la obra, como son el generador, inodoro portátil, casetas de obra, ect». La retirada de escombros del número 21 y la construcción de un muro de contención con pilotes en el tramo que ocupaba la casa derrumbada conllevan, según advierte la autorización, "ruido y polvo hasta que la obra finalice".

Uno de los propietarios que recupera su piso, Gregorio Navarro, ha explicado este martes que la casa está en perfecto estado. Solo ha tenido que limpiarla y pintarla para volverla a alquilar. Navarro indica que, como el anterior arrendatario se tuvo que marchar a toda prisa, no tuvo tiempo de cerrar las ventanas y el interior se llenó de polvo.

"El inquilino tuvo que salir en pijama cuando lo desalojaron y ahora ya nos ha dicho que no va a volver", precisa Gregorio Navarro, que está convencido de que "no hay ningún peligro para regresar". Admite, no obstante, que otros propietarios siguen inquietos y prefieren esperar.

El dueño de una vivienda que no va a volver a casa a pesar de estar autorizado indicó que, debido a las "molestias" derivadas de la obra de desescombro del número 21 y de consolidación de la calle, esperará a su finalización.

La mayoría de los residentes en el bloque de los números 23-25 pudieron regresar a sus hogares a los pocos días del desalojo. Solo quedaban por reocupar los pisos lindantes con el número 21. 

Una de las vecinas del 23-25 que pudo volver a su casa tras al derrumbamiento señala que, aunque oye "ruidos todos los días y hay más polvo de lo habitual", ha podido recuperar la normalidad. Agrega que no tienen "ningún miedo" por las operaciones de desescombro y refuerzo de la calle que se llevan a cabo junto a su casa, que no sufrió ningún desperfecto por el derrumbe.

Boquete reparado en la casa vecina

El administrador de fincas de los números 23-25, Álvaro Fraj, ha relatado que, a instancias del Ayuntamiento, la comunidad de propietarios ha reparado el gran boquete abierto en la medianera por el derrumbamiento de la casa contigua. El impacto reventó la pared de una vivienda y llenó de cascotes el salón.

Por otro lado, Fraj reclama celeridad al Ayuntamiento para limpiar el patio del bloque, invadido por los escombros, una labor que "se demora más de lo previsto".