Los principales canales de riego de Alcañiz se han convertido en los últmos meses en una trampa mortal para corzos que habitan en la zona. Caen al cauce y son incapaces de salir por lo que terminan ahogados. Pero no siempre. Una cría de corzó tuvo la suerte este martes de toparse en su camino con agentes del Seprona de la localidad bajoaragonesa, que lograron salvarlo.

Los agentes observaron cómo el animal se había caído al canal que une Calanda y Alcañiz, a la altura del kilómetro 233 de la N-211, en el paraje denominado La Mojonera.

Tras varios intentos fallidos por parte de los agentes de la Guardia Civil de atraparlo con un lazo para ayudarle a salir, decidieron guiarlo a través del canal hasta la salida más próxima, recorriendo junto al animal alrededor de 4,7 kilómetros. Finalmente, y a pesar del agotamiento que presentaba, el pequeño corzo consiguió salir por sus propios medios y evitar la muerte.

Responsables de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) se reunieron hace unas semanas en Alcañiz con representantes políticos, regantes, Agentes para la Protección de la Naturaleza y particulares, con el fin de encontrar una solución que evite la mortandad de corzos que se repite cada primavera. Los cadáveres pueden llegar al medio centenar en un año. También mueren otros animales, como garduñas o zorros. 

Cazadores de Alcañiz y Calanda se han sumado a un proyecto de la fundación Artemisan para la monitorización de especies cinegéticas. Mediante la colocación de unos collares con GPS a los corzos, pueden seguir sus movimientos para obtener datos objetivos  sobre su localización. 

En la zona siguen reclamando medidas realmente eficaces contra las agónicas muertes de los animales.