Responsables de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) se han reunido esta semana en Alcañiz con representantes políticos, regantes, Agentes para la Protección de la Naturaleza y particulares, con el fin de encontrar una solución que evite la mortandad de corzos que cada primavera se produce en los canales de riego de Calanda y Alcañiz, donde los animales caen y se ahogan. Los cadáveres pueden llegar al medio centenar en un año. También mueren otros animales, como garduñas o zorros.

La CHE adopta medidas tendentes a evitar esta pérdida de fauna silvestre desde 2019, cuando instaló rampas de salida y sábanas disuasorias en los canales y adaptó abrevaderos, pero la tragedia continúa repitiéndose cada año. Los participantes en la reunión acordaron crear un grupo de trabajo que recoja nuevas propuestas para salvar la vida de los corzos.

Por el momento, deberá constituirse el grupo, que, una vez tenga el listado de iniciativas las entregará a la Confederación Hidrográfica del Ebro, que se ha comprometido a elaborar, en un plazo de pocos meses, un “estudio técnico” que aborde la situación y contemple soluciones. Para ello, se contará tanto con ingenieros de caminos de la propia entidad como con la asesoría externa de otros sectores, como la de biólogos.

Por su parte, desde esta primavera, cazadores de Alcañiz y Calanda se han sumado a un proyecto de la fundación Artemisan para la monitorización de especies cinegéticas. Mediante la colocación de unos collares con GPS a los corzos, seguirán sus movimientos para obtener datos objetivos con los que seguir reivindicando medidas realmente eficaces contra las agónicas muertes de los animales.