Teruel

Teruel suma más de 50 puntos con riesgo para personas con baja visión

La ONCE pide al Ayuntamiento que elimine obstáculos en aceras y ponga contraste de color en escaleras para distinguir peldaños.

La Calle San Juan, con abundante cartelería en zonas de paso.
J. Escudero

La capital turolense no supera el examen de accesibilidad para personas con problemas de visión. Según lamenta la Organización Nacional de Ciegos Españoles (ONCE), las calles y edificios públicos de la ciudad suman más de cincuenta puntos que resultan peligrosos para quienes sufren de una percepción visual deficiente.

Así lo explicó ayer la directora de la ONCE en Teruel, Pilar Calvo, quien puso de relieve que uno de los principales problemas son los carteles que comercios y establecimientos hosteleros instalan en las aceras para anunciar sus productos. En algunos casos, es la propia mercancía la que está expuesta en el suelo, restando espacio a las zonas reservadas a los viandantes.

"Si no caminas con un cuidado extremo, te tragas los obstáculos sin darte cuenta y caes de bruces", alertó Calvo, quien critica también que algunas señales podotáctiles -cambio de rugosidad en las aceras para anunciar un paso de cebra o una parada de autobús- "están puestas en un lugar erróneo y no cumplen, por tanto, su función".

Maceteros y bolardos fuera de su sitio, toldos a baja altura o papeleras sin base en el suelo, son otros de los obstáculos cuya presencia en espacios públicos denuncia, por su peligrosidad, la ONCE, que ha elegido Teruel para desarrollar sus actividades de concienciación ciudadana en Aragón esta semana.

La ONCE reclama también que las escaleras tengan contraste de color para diferenciar los peldaños, evitando así caídas. Esta condición es, para Pilar Calvo, muy importante en una ciudad cuya complicada orografía obliga a resolver mediante escalinatas la diferencia de niveles en multitud de casos. Pero la entidad se refiere, no solo a escaleras exteriores, sino también interiores, y pone como ejemplo, las del Ayuntamiento de Teruel, cuyo color uniforme supone un riesgo para la seguridad de quienes padecen problemas de visión.

La ONCE, con 135 afiliados en la provincia y 50 en la capital turolense, ha solicitado al Ayuntamiento de esta ciudad que elabore una ordenanza que garantice la eliminación de obstáculos en las calles y edificios públicos. Junto con su petición, ha remitido un informe en el que señala los principales problemas de accesibilidad que presenta la localidad. "Con voluntad pública y privada para revertir la situación, todo se puede resolver, porque el presupuesto se obtiene de un lugar u otro", aseguró Calvo.

El teniente de alcalde de Teruel, Ramón Fuertes, manifestó que, si bien no existe una normativa municipal específica sobre accesibilidad para personas con baja visión, el Consistorio está en permanente contacto con la ONCE para ir solventando los problemas que la entidad señala y recordó que se acaban de invertir casi 18.000 euros en la modernización de dos semáforos, de manera que puedan ser activados por invidentes mediante un mando con la técnica ‘bluetooth’.

Como arranque de la Semana de la ONCE, representantes de colectivos sociales y empresariales de Teruel se metieron ayer en la piel de un invidente desayunando en el Hotel La Marquesa con un antifaz que les impedía ver.