La delincuencia juvenil en Aragón descendió durante 2008 en relación con el año anterior, y se impusieron menos medidas judiciales de reforma. No obstante, hubo determinados tipos delictivos, como la violencia escolar, la de género, la de hijos a padres o los cometidos por bandas o pandillas que experimentaron un ligero aumento.

De acuerdo con los datos proporcionados por la fiscalía de Menores y el Gobierno de Aragón, si en 2007 llegaron al fiscal 1.683 atestados, el pasado año fueron 1.642. La misma tendencia se aprecia en el número de medidas judiciales de reforma adoptadas con los menores de entre 14 y 18 años que cometen delitos: si en 2008 se instruyeron 1.132, en 2007 el número ascendió a 1.256. Por provincias, Zaragoza es la que más casos registró el año pasado, con 1.012 medidas, seguida de Huesca, con 87 y de Teruel, con 33.

Cuando se desciende a los tipos concretos de delitos, se aprecia que algunos, en ocasiones los que más rechazo o alarma social crean, han aumentado. Así ocurre con la violencia escolar, que pasó de registrarse 28 casos en 2007, a 41 en 2008, o los actos violentos cometidos por pandillas, más que por 'bandas' juveniles, que aumentaron de 6 a 11. La violencia de género o la de hijos a padres se incrementó, aunque de forma menos significativa (la primera pasó de 11 a 14 y la segunda de 48 a 52).

Para el jefe del Servicio de Menores de la DGA, José Manuel Casión, no se puede decir que ha habido un cambio significativo en la tendencia de las infracciones cometidas por menores y jóvenes, aunque sí se aprecia que ha variado el modo de delinquir. "Antes se detectaban más hurtos y casos relacionados con el consumo de drogas. Ahora se aprecia que utilizan más la intimidación", explicó. Para Casión, las cifras no son muy altas, en relación con otras comunidades, aunque acto seguido subraya que para la víctima que es amedrentada con una navaja, el hecho es muy traumático.

Tanto el responsable de la DGA como el fiscal de Menores, Carlos Sancho, recordaron que, en Aragón, casi la mitad de los asuntos se resuelven con medidas extrajudiciales, es decir, con trabajos en beneficio de la comunidad o tareas socioeducativas. El dato es muy alto en comparación con el resto de comunidades españolas y evita judicializar el caso y resolver el problema a satisfacción de la víctima.

Durante el año pasado, de las 1.132 medidas de reforma adoptadas con menores en Zaragoza, a tan solo 77 se les internó en régimen cerrado y a 36 se les impuso una sanción para cumplir en régimen abierto.