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Bajo Cinca y la Litera

El aumento de la contratación en origen, la apertura de oficinas específicas y la construcción de viviendas para los temporeros son algunos de los factores que han contribuido a reducir los problemas de la llegada masiva de trabajadores en el Bajo Cinca y la Litera. En eso coinciden todas las instituciones y organizaciones implicadas. No obstante, este año el grueso de temporeros está por llegar. El frío de las últimas semanas ha retrasado el inicio de la campaña que comenzará con la recogida de la cereza.

El piso con nueve plazas para temporeros de la organización El Puente/Lo Pont de Fraga que trabaja con inmigrantes todavía está vacío, según explica la técnica Marta Isabal. Lo cierto es que aún no han llegado muchos, asegura el presidente de la comarca del Bajo Cinca, Evaristo Cabistañ. "Primero llegarán los contratados en contingentes pero los que no tienen trabajo vienen ya en plena campaña", apunta. Entonces, muchos llegan de Lérida en el autobús y si encuentran empleo se quedan, y si no, se van.

La mayoría de los que llegan solos son subsaharianos, de Marruecos, Argelia... mientras que desde Bulgaria y Rumanía se desplazan en familia. Muchos disponen de vivienda en la explotación agrícola, donde los empresarios han adecuado habitaciones con las ayudas del Gobierno de Aragón.

No obstante, en el Bajo Cinca ya han empezado a articularse las medidas para responder a las posibles incidencias que pudieran producirse. Por ello, ya se ha convocado en Fraga una reunión de coordinación para el viernes en la que participan los servicios sociales, sindicatos, centros educativos... Al mismo tiempo, el Ayuntamiento de Fraga ha solicitado un encuentro con el subdelegado del Gobierno, aseguró ayer su alcalde, José Luis Moret.

"Sin trabajo, se van"

Los temporeros que año tras año recalan en la Litera saben, nada más llegar a la zona, si tienen o no trabajo. Dos oficinas para la gestión y coordinación de esta mano de obra temporal, una en Altorricón y otra en Tamarite de Litera, evitan que se prodiguen los grupos de transeúntes en busca de empleo, así como la conflictividad que esto puede llevar aparejado.

"No tenemos ningún problema, los que están aquí, unos con empleo y otros en espera, ya saben que en los próximos meses irán teniendo trabajo y los que se acercan a preguntar no se quedan porque se les advierte de que no hay posibilidad de contratación", comentaba el presidente de la Cooperativa San Bartolomé, de Altorricón, Juan Antonio Plana, entidad que organiza la mano de obra.

Algo similar ocurre en Tamarite de Litera, donde existe una Oficina Municipal de Coordinación Laboral que empezará a funcionar en mayo, ya que hasta mediados de mes no comenzará la campaña para aclarar el melocotón. Esta oficina la utilizan toda la temporada, que se alarga hasta mediados de octubre, más de medio centenar de socios. "De momento, como en años anteriores, no se ha detectado ningún incidente con temporeros puesto que se les informa con claridad y si no hay trabajo ya no se quedan", señalaba el alcalde de Tamarite, Francisco Mateo.

Tanto en Tamarite como en Altorricón los temporeros disponen de alojamiento. En el primero, tipo albergue compartido, donde viven trabajadores discontinuos todo el año. En la segunda localidad, hay ocho viviendas gratuitas para la campaña y con pago de alquiler el resto del año.