La muestra refuerza la autoestima de los ciudadanos y aleja el pesimismo histórico

Roque Gistau, presidente de la sociedad pública Expoagua, exclamaba hace unas semanas con su característica energía: "La Expo no nos ha puesto en el mapa. ¡Estamos en él desde que nacimos!". El de Bielsa tiraba de carácter aragonés en su lucha particular contra el histórico pesimismo de una tierra cargada con demasiados complejos. Pero la Expo parece haber cambiado esta tendencia. Al menos, es lo que se desprende del sondeo de opinión elaborado para HERALDO.

Con la celebración de la muestra, Aragón ha demostrado ser capaz de organizar un gran evento a nivel internacional con todas las garantías. Es lo que manifiesta el 90,1% de los encuestados. Un dato revelador de cómo toda la comunidad se ve desde este verano con mejor aspecto en el espejo.

De hecho, esta estadística es la que presenta mayor uniformidad de todas las recogidas por el sondeo. Da igual la procedencia, la edad y el sexo. Las tres variables arrojan similares resultados en una clara muestra de cómo el conjunto de la sociedad ha visto incrementada su autoestima. Los ajustados plazos de ejecución, las largas filas de espera a las puertas del recinto y de los pabellones o alguna incoherencia de planificación no han lastrado la opinión de los visitantes, que han sabido valorar los esfuerzos de los responsables de la muestra. Un contundente 89,6% de los consultados asegura que la organización de la Expo ha sido un éxito.

Hay que recordar que las encuestas previas al 14 de junio, día de la inauguración, trasmitían un considerable grado de desconfianza por parte de los ciudadanos respecto a la terminación en plazo de las obras del recinto y al desenlace de la celebración de Ranillas. 93 días después, los aragoneses muestran sin tapujos su satisfacción por ser partícipes de este evento internacional.

Proyección exterior

Durante este verano, la Expo ha sido todo un escaparate para Aragón. La proyección nacional e internacional de la muestra ha sido, desde el principio, un objetivo y también un reclamo. Lo cierto es que más de un centenar de países han participado en este foro organizado en torno al agua, en un encuentro cultural que ha permitido exportar la idiosincrasia aragonesa al exterior.

Las opiniones recogidas en la encuesta lo confirman. El 66,1% de los consultados creen que la imagen de Aragón en el resto de España ha mejorado como consecuencia de la Expo. Una valoración que todavía es más elevada en el caso de la proyección de la capital aragonesa, dado que el porcentaje alcanza el 81,2% en este caso.

Esta positiva percepción por parte de los ciudadanos supera los problemas y distorsiones generadas entre Aragón y otros territorios vecinos implicados en la polémica cuestión hídrica. Tampoco ha ayudado la escasa difusión del discurrir de la muestra en los medios de comunicación de ámbito nacional.

Pese a todo, la sociedad aragonesa saca pecho y presume de un aspecto moderno y renovado que, sin embargo, no ha conseguido trascender las fronteras del país. Por bajar al detalle, tan solo el 50% de los encuestados se muestran convencidos de que, en la actualidad, Aragón se conoce más a nivel internacional. Algo más optimistas se muestran en el caso zaragozano. La estimación alcanza el 52,7% en este último supuesto.

El nivel de optimismo llega a tal punto que incluso los que no han querido o podido saludar en persona a Fluvi creen que la experiencia ha valido la pena. El 70,4% de ellos opinan que el desarrollo de la Exposición Internacional ha sido un éxito, a pesar de que no han paseado por el recinto de Ranillas ni disfrutado de sus edificios, contenidos y espectáculos diarios.

También ha sido positiva la percepción que tienen en cuanto al número de visitantes. El 70,8% de los que no fueron a la Expo creen que los 5,5 millones de visitas han cumplido, con creces, las expectativas generadas previamente.