El conflicto entre los municipios de Fanlo y Torla por el aprovechamiento turístico de la pista de las Cutas suma y sigue. Ya dura más de dos décadas, con pleitos, barreras y un plan experimental acordado con el Parque Nacional de Ordesa, ya caducado, para que los taxis locales y un autobús puedan llevar a los visitantes a los miradores. Ahora vuelve a resurgir la polémica con una ordenanza aprobada por el Ayuntamiento de Fanlo que fija una tasa fiscal para gravar la circulación por las pistas, caminos y vías asfaltadas del municipio.

La pista de las Cutas, de uso restringido, bordea el parque, asciende a 2.000 metros y recorre cuatro miradores sobre el valle de Ordesa. El camino forestal va de Torla a Nerín (Fanlo), por la zona periférica del espacio protegido, y por lo tanto está sometido a un régimen jurídico de protección. La construyó el Icona entre los años 1976 y 1984 para el uso ganadero y forestal, pero su privilegiada ubicación derivó en un aprovechamiento turístico regulado en 1996 a través del denominado Programa Experimental de Uso Público de las Cutas, un ‘experimento’ que pasado tanto tiempo dejó de tener amparo legal. Este reguló la licencia a taxis todoterreno para hacer la ruta de los miradores mientras Fanlo explotaba un autobús.

El pleno de este ayuntamiento aprobó inicialmente el 12 de junio la ordenanza, según la cual se establece una tasa de 3.000 euros al año para los servicios turísticos por el tránsito por las pistas cuando sean para actividades lucrativas. Quedan excluida la práctica del senderismo, servicios de emergencia, guardas de refugios, BTT... pero incluso los científicos del Instituto Pirenaico de Ecología precisan autorización de entrada previo informe sobre la necesidad de acceso.

El Ayuntamiento ha intentado varias veces recuperar su dominio sobre el camino y ya sacó una ordenanza en 2015 que luego retiró porque la regulación chocaba con el plan experimental aprobado por el parque. Con este caducado, ha vuelto a intentar fijar la tasa para el camino de 32 km, de los cuales 17,5 discurren por su municipio. Los servicios turísticos de Torla se adentran 6 km para llegar hasta los miradores.

El alcalde de Fanlo, con un informe jurídico de la Diputación bajo el brazo, considera que puede establecer tasas por el uso restringido de la pista de las Cutas siempre que cuente con un estudio económico. Según Horacio Palacio, tienen licencia para pasar a diario seis todoterrenos de Torla, mientras que Fanlo cuenta con dos furgonetas y un autobús, cuya concesión municipal salió a concurso y ostenta él. 

"Torla saca una rentabilidad mientras que Fanlo paga el mantenimiento del camino. El que pone un tenderete en una calle paga al ayuntamiento, ¿por qué aquí no, cuando la pista es nuestra?», dice. Entiende que Torla hace un mayor aprovechamiento de los miradores al tener más servicios y recibir mas visitantes. Pero sabe que la ordenanza chocará con la oposición del otro pueblo y prevé una prolongación del conflicto vecinal que ya dura muchos años.

Jesús Lardiés, alcalde de Torla, por su parte, se limitó a comentar que como en otras ocasiones su abogado estudiará la ordenanza, "y viendo el perjuicio que pueda ocasionar a nuestros vecinos haremos las alegaciones pertinentes, haciendo valer nuestros derechos en el uso de la pista".