Huesca
Suscríbete

La madre de Irene Fernández, en Huesca: "No podemos permitir que blanqueen la herida del terrorismo"

Un centenar de vecinos y numerosos representantes políticos y de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado acudieron este jueves al acto en memoria de las víctimas organizado por el Ayuntamiento.

La madre de Irene Fernández depositó un centro de flores junto al monumento a las víctimas del terrorismo ubicado en la plaza San Antonio de Huesca.
La madre de Irene Fernández depositó un centro de flores junto al monumento a las víctimas del terrorismo ubicado en la plaza San Antonio de Huesca.
Verónica Lacasa

"No podemos permitir que la memoria de las víctimas caigan en el olvido; que blanqueen la herida del terrorismo por mucho que lo intenten; ni que su muerte y nuestro sufrimiento sean en vano”. Son las emotivas palabras de María Ángeles Perera, la madre de Irene Fernández Perera, la guardia civil asesinada por la banda terrorista ETA en Sallent de Gállego hace casi 24 años junto a su compañero José Ángel de Jesús Encinas y que este jueves viajó desde Asturias a Huesca para participar en el acto organizado por el Ayuntamiento para conmemorar el Día Nacional de las Víctimas del Terrorismo.

Un centenar de personas se congregó en la plaza de San Antonio, donde está el monumento en memoria de las víctimas. Junto a ellas, decenas de representantes políticos de PP, PSOE, Vox y PAR, con la alcaldesa, Lorena Orduna, a la cabeza, además del subdelegado del Gobierno, Carlos Campo, el delegado del Gobierno de Aragón, Javier Betorz

También acudieron responsables de Guardia Civil, Policía Nacional, Policía Local y Ejército. Precisamente, cuatro componentes de estos cuerpos depositaron junto al monumento una corona de flores. María Ángeles Perera llevó un ramo, y políticos, representantes de la Ciudad de las Niñas y los Niños y ciudadanos a nivel particular arrojaron pétalos. Todo ello con el acompañamiento musical del Cuarteto Bolskan y la soprano Mariángel Leo

La madre de Irene Fernández aseguró su hija siempre tuvo la ilusión de ser guardia civil "y cuando por fin lo consiguió, tras mucho esfuerzo, llegó a su primer destino en Graus, pero luego quiso irse voluntariamente a Sallent porque las montañas y la naturaleza le encantaban". Y afirmó que "la veía feliz y así murió, haciendo lo que le gustaba". 

María Ángeles Perera recordó que el coche patrulla de su hija y de José Ángel estaba aparcado aquella noche del 20 de agosto de 2000 en la calle sin ninguna vigilancia, "lo que supuso al escenario perfecto para que unos malnacidos le colocasen explosivos debajo". "De noche, de forma premeditada y por la espalda; esta era la forma de actuar de aquellos a los que hoy abrimos las puertas de nuestras instituciones", criticó. Y, por último, destacó la "importancia" de los actos en memoria de los víctimas del terrorismo "para que las nuevas generaciones recuerden lo que ocurrió no hace mucho tiempo".

Mientras, la alcaldesa de Huesca le agradeció su presencia en Huesca y sus palabras "emotivas, valientes, serenamente doloridas y conmovedoras porque nos remueven por dentro, nos interpelan y nos invitan a actuar". Y reconoció que "nadie puede alcanzar a comprender el dolor de una madre que pierde a su hija, y además por una banda criminal, pero sí acompañar". Por ello, apeló a la necesidad de "hacer memoria de Irene y de las 853 víctimas del terrorismo de ETA y de sus satélites porque una sociedad moralmente sana y digna tiene el deber inexcusable de difundir la memoria de quienes dieron su vida por el país y pagaron el precio de nuestra libertad ".

Lorena Orduna insistió en que "la sangre de las víctimas del terrorismo clama por la verdad; nos exige proclamarla, difundirla mantenerla; convertir relatos e interpretaciones, olvidos, sesgos interpretaciones o excusas; debe ser una obligación en una época en la que la verdad ha perdido su valor".

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión