La Diputación Provincial de Huesca, el Gobierno de Aragón y los Obispados de Jaca, Huesca y Barbastro-Monzón han anunciado este martes una inversión conjunta de 780.000 euros para acometer obras de urgencia en 16 iglesias y ermitas de la provincia en 2024 gracias a un convenio pionero que pretende tener continuidad en los próximos años. 

El contenido del acuerdo se ha presentado en Caldearenas, cuya iglesia, en honor a San Antonio de Padua, es una de las elegidas para acometer mejoras este año. El conjunto de actuaciones han sido seleccionadas por los propios obispados bajo un criterio de urgencia.

La consejera de Presidencia, Interior y Cultura del Gobierno de Aragón, Tomasa Hernández; el presidente de la Diputación Provincial, Isaac Claver; y representantes de los tres Obispados han visitado en Caldearenas junto a su alcalde, Primitivo Grasa, las obras que se van a llevar a cabo en la Iglesia de San Antonio de Padua. 

En este primer convenio anual, la Diputación de Huesca invierte 100.000 euros en cada obispado. Además, cada diócesis aporta la misma cantidad y el Gobierno de Aragón contribuye con 60.000 euros para cada obispado. El total son 780.000 euros de inversión el primer año.

El listado de obras del Obispado de Jaca incluye la iglesia de San Salvador de Torla-Ordesa, (reparación y sustitución pavimento) con 82.000 euros; la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción de Canfranc (sustitución del pavimento y reparaciones interiores), con 79.000 euros; la iglesia de San Antonio de Padua de Caldearenas (reparación de la cubierta y pintado de fachadas) con 39.000 euros; y la iglesia de San Martín de Fragen (reparación de la torre, cubierta y exteriores), con 60.000 euros.

En el Obispado de Huesca de intervendrá en la iglesia de Tramaced (proyecto) con 22.652,50 euros; la iglesia de Nueno (socalce de la torre), con 22.652,50 euros; la iglesia de Torres de Barbués (revisión, proyecto y consolidación), con 45.305,00 euros; la iglesia Almudévar (tejado y redacción del proyecto), con 50.230,30 euros; la iglesia de Biscarrués (tejado), con 30.807,40 euros; la iglesia de Morrano (atirantamiento de muro por amenaza de desplome), con 20.000 euros; la iglesia de Barluenga (atirantamiento del ábside por agrietamiento), con 18.122 euros; y la iglesia de la Soledad de Bolea (consolidación y aireación de solado por humedades que amenazan los muros), con 50.230,30 euros.

Y en el Obispado de Barbastro-Monzón, actuarán en la iglesia de San Orencio de Santorens, en Sopeira (restauración de la cubierta y adecuación interior), con 62.659,85 euros; la iglesia de San Antonio de Padua en Merli (restauración), con 84.508,59 euros; mejoras de la torre de Baells, con 52.916,74 euros; y la ermita de San Ramón del Monte en Barbastro (restauración), con 60.000 euros. 

Tanto el Gobierno de Aragón como la DPH y los obispados emprenden este proyecto con un triple objetivo: poner de relieve el patrimonio artístico-histórico del territorio, tan rico como quizá desconocido en ocasiones; cuidar de los edificios históricos en los que es necesaria una inversión para su restauración, rehabilitación y mantenimiento; atender al patrimonio, lo que se traduce directamente en el cuidado de los pueblos.

En este sentido, la consejera de Presidencia, Interior y Cultura del Gobierno de Aragón, Tomasa Hernández, ha subrayado que el convenio que se firmará con la Diputación de Huesca y los Obispados de Barbastro-Monzón, Huesca y Jaca es un "perfecto ejemplo" de la colaboración institucional que el Ejecutivo autonómico está promoviendo en esta legislatura. "Cuando sumamos esfuerzos, se multiplican los resultados y siempre redunda en un mayor beneficio para todos los aragoneses", ha manifestado.

Hernández ha recordado que Aragón es una comunidad que atesora un rico y diverso legado cultural. "No solo es importante tenerlo, sino que también es necesario que lo valoremos, que los aragoneses lo sintamos como propio para protegerlo y que esa herencia cultural llegue en el mejor estado a las futuras generaciones".

Por su parte, el presidente de la Diputación Provincial de Huesca, Isaac Claver, ha destacado que "además del valor patrimonial y religioso, debemos tener en cuenta que las obras que se van a ejecutar salvaguardan también el valor sentimental y el valor identitario que suponen estos edificios para muchos vecinos de nuestra provincia".

Claver ha afirmado que una iglesia o ermita en un pueblo, "además de ser un elemento único y diferencial, es un lugar de convivencia, de encuentro o de romería donde todos hemos compartido momentos y recuerdos que forman parte de nuestra historia y que, por lo tanto, forman parte de nuestra identidad".