Huesca
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Tierz dice adiós al peligroso cruce de la N-240 con el avance del Huesca-Siétamo

La apertura de un desvío provisional en las obras de la A-22 permite a los vecinos quedarse con un acceso exclusivo y seguro.

La N-240 está cortada en dirección a Lérida en la rotonda de Tierz, obligando a ir por el nuevo desvío que se toma en la rotonda de Montearagón.
La N-240 está cortada en dirección a Lérida en la rotonda de Tierz, obligando a ir por el nuevo desvío que se toma en la rotonda de Montearagón.
Rubén Darío Núñez

El pueblo de Tierz, que en las últimas dos décadas ha quintuplicado su población hasta los 850 vecinos, ha cumplido una de las históricas reivindicaciones. Y es que el avance de las obras del Huesca-Siétamo, el único tramo pendiente de toda la autovía A-22 hasta Lérida, le ha permitido decir adiós al peligroso cruce de la N-240 estrenando un acceso exclusivo.

Ha sido gracias al desvío provisional que ha habilitado la a UTE Copcisa y Vidal dentro del programa de trabajo de la A-22, que ha derivado todo el tráfico fuera del antiguo tramo de la N-240 entre los kilómetros 203,5 y 207.

De esta forma, los vehículos que circulan en dirección a Lérida acceden ahora a través de la rotonda del Hotel Montearagón a una nueva carretera que cuenta con otra glorieta de giro hacia Quicena. De allí empalman ya con la subida de Estrecho Quinto, ‘saltándose’ el desvío hacia Tierz.

Entronque del nuevo desvío de las obras de la A-22 con la N-240. Al fondo, el acceso a Tierz.
Entronque del nuevo desvío de las obras de la A-22 con la N-240. Al fondo, el acceso a Tierz.
Javier Navarro

La novedad ha provocado despistes en los últimos días ya que muchos conductores se han confundido al seguir por su ruta habitual por Tierz y se han tenido que dar la vuelta al llegar a la rotonda, donde está cortada la N-240.

Para garantizar la seguridad de trabajadores y usuarios, se ha limitado la velocidad a 50km/h en el paso de mediana del punto kilométrico 207 y a 70 km/h en el resto del desvío, que quedará como tramo en obras durante ocho meses.

El nuevo desvío de las obras de la A-22, entre Huesca y Siétamo, tiene una glorieta de acceso a Quicena.
El nuevo desvío de las obras de la A-22, entre Huesca y Siétamo, tiene una glorieta de acceso a Quicena.
Javier Navarro

Para entonces, la autovía tendrá que estar casi finalizada para cumplir con los plazos anunciados recientemente por el Secretario de Estado de Transportes, José Antonio Santano, quien fijó para el primer semestre de 2025 la entrega de los 13,2 km entre Huesca y Siétamo. Si es así, habrán pasado siete años desde la primera piedra, el doble del plazo de obras inicialmente previsto de 36 meses.

El alcalde de Tierz, Jesús Alfaro, valora la mejora de seguridad que supone este acceso exclusivo y espera que se cumplan los plazos "porque aunque ha habido algún modificado y es un tramo un tanto complejo, llevamos muchos años de obras y hay que acelerarlo porque varios pueblos cercanos que estamos creciendo mucho".

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