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Los expertos alertan de que queda mucha nieve en el Pirineo, "y no solo en los picos de 3.000 metros"

El Observatorio de la Montaña y los guardas de refugios piden extremar la precaución en el inicio de la temporada de verano ante la presencia de neveros a partir de 2.400 metros.

Imagen tomada el viernes en el ascenso a la Brecha de Rolando. Al fondo, los picos de Soum de Ramón y Monte Perdido cubiertos de nieve. Este es el más frecuentado en verano en el Pirineo aragonés.
Imagen tomada el viernes del ascenso a la Brecha de Rolando. Al fondo, los picos de Soum de Ramón y Monte Perdido cubiertos de nieve. Este es el más frecuentado en verano en el Pirineo aragonés.
Refugio de Góriz

Pese a las elevadas temperaturas de los últimos días y al inicio de la estación de verano, todavía queda nieve en abundancia en la alta montaña del Pirineo aragonés. Una circunstancia que ha llevado a los guardas de refugios, a la Oficina de la Montaña de Jaca y al Observatorio de la Montaña de Aragón a pedir precaución, teniendo en cuenta que empiezan las vacaciones estivales y con ellas la época de mayor afluencia de visitantes para realizar actividades de montañismo o senderismo. 

La reserva de nieve, por los datos facilitados por la Confederación Hidrográfica del Ebro, está en volúmenes equiparables a los que había en el 2023 a finales de abril o principio de mayo. Si la comparación es con el promedio de los últimos cinco años, el nivel es "máximo" en las cuencas del Aragón, Gállego, Ara y Cinca, y "alto" o "muy alto" en el Ésera.

"Empezamos el verano y ya os anunciamos que todavía queda mucha nieve en las alturas, sobre todo por encima de la cota 2.700metros", alertaba el viernes el refugio de Góriz, recomendando ir bien equipado con material adecuado. Esta semana incluso ha nevado por encima de este albergue de montaña. Los guardas prevén que la zona de la Escupidera, en el acceso a Monte Perdido, mantenga la nieve hasta principios de agosto, dependiendo de la temperatura de las próximas semanas.

Esta cima de 3.355 metros es la más frecuentada en verano en el Pirineo aragonés, incluso por aficionados sin gran experiencia ni preparación, lo que en condiciones de nieve supone un riesgo. "A partir de 2.600 o 2.700 metros hay nieve continua. Por fortuna este año ha nevado y ha llovido mucho en primavera. Es una gran noticia frente a la sequía que teníamos justo hace un año. Pero acabamos de entrar en el verano y estas condiciones prácticamente son de finales de abril o principios de mayo, no de finales de junio", explica el guarda de Góriz Joan Mari Vendrell. 

Es posible que en muchos lugares la nieve se vaya en dos o tres semanas, pero en la Escupidera, la canal de subida a Monte Perdido, donde solo toca el sol por la tarde, pueda permanecer hasta entrado el verano, insiste. "Una Escupidera con nieve en julio y mucha gente acercándose a la montaña requiere ir preparado. La gente que sube desde la Pradera de Ordesa no verá la nieve", aclara Vendrell.       

El Observatorio de la Montaña de Aragón, que reunió el martes en Zaragoza a su plenario, donde acordó impulsar la difusión de pautas de seguridad ante el inminente inicio de la temporada estival, recordó que ahora mismo se percibe ya "una frecuencia media en la asistencia a la montaña los fines de semana, concurrencia que irá en aumento en cuanto llegue el periodo vacacional"

A juicio del Observatorio, este año la alta montaña pirenaica mantiene una cantidad de nieve habitual para la fecha, con posibilidad de neveros a partir de 2.400 metros, "pero que puede sorprender a senderistas y montañeros que tengan como referencia 2022 o 2023, años en los que en estas fechas quedaba muy poca". Por este motivo, se recuerda la necesidad de llevar y saber utilizar piolet y crampones en caso de practicar actividades por encima de esa altitud.

También el director de la Oficina de la Montaña de Jaca, Íñigo Ayllón, lanza el mismo aviso. Asegura que hay tramos del GR-11, el sendero de Gran Recorrido que cruza todo el Pirineo, donde todavía que da un grueso manto. "Crampones, piolet y casco para muchas vías, porque hay zonas donde no se ve nieve desde el coche o desde las poblaciones circundantes pero está. No hay que ir a un tresmil para encontrar nieve, algunos tramos del GR-11 entre Lizana y Candanchú tienen todavía muchísima", afirma. 

La situación es excepcional solo hasta cierto punto. "Es casi un principio de verano de los de antes, que teníamos olvidado. No es extraordinario por la cantidad sino porque ha caído tarde en una primavera que no ha sido calurosa en la montaña", explica Ayllón. 

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