El Centro de Solidaridad Interdiocesano de Huesca-Proyecto Hombre atendió en 2023 a 180 familias y 372 personas entre sus programas de atención de adicciones y de SOS Adolescentes para jóvenes en situaciones de crisis y riesgo de suicidio, consiguiendo 111 altas terapéuticas. Además, realizó 254 acciones en el ámbito educativo, llegando a 4.000 alumnos y 733 profesores y profesionales.

“Las nuevas formas de consumo, la baja percepción de riesgo entre los jóvenes y la influencia de las nuevas tecnologías han creado un panorama complejo que requiere respuestas innovadoras y comprometidas. En este contexto, hemos trabajado incansablemente para adaptarnos y seguir siendo un referente de apoyo para la comunidad”, subrayó este martes Alfredo Carrera, director del CSIH, durante la presentación de la memoria de 2023. Toda la información se puede encontrar en la nueva página web csihuesca.org.

Junto a él estuvieron presentes también Felipe Munuera, director de Cáritas Diocesana de Huesca, quien abogó por "evitar la estigmatización" de las personas adictas y de sus entornos, así como Elena Palacio, secretaria general del Centro de Solidaridad, y los psicólogos Aland Medal, Jara Martínez, Noel Torrijos y Óscar Nadal.

La entidad registró el año pasado unos ingresos de 197.255 euros. Casi el 50% procedieron de subvenciones públicas y otro 25% de subvenciones privadas, pero solo contaron con 20 socios particulares. Del total del presupuesto, casi el 80% se destina a gastos de personal para la contratación de una secretaria general y cuatro psicólogos. 

Sin embargo, la entidad aprovechó para hacer un llamamiento a entidades públicas y privadas para que incrementen su colaboración económica y puedan aumentar con ello su plantilla con un profesional más al menos. Y es que aunque aseguraron que atienden todos los casos que les llegan y todas las llamadas "sea la hora que sea", también reconocieron estar sobresaturados de trabajo ante el aumento de adicciones y de problemas de salud mental entre los jóvenes. Además, incidieron en que el 35% de las personas que atienden están en riesgo de exclusión social por lo que no pueden realizar ningún tipo de aportación para sufragar los programas.

Desde el Programa de Atención psicológica y terapéutica especializado en adicciones, se atendió a 237 pacientes, de los cuales 103 en el ámbito penitenciario y 134 en el comunitario, con problemas de adicción a sustancias y comportamentales. En cuanto al tipo de sustancia, se produjo un aumento considerable en el consumo de alcohol, con 169 personas atendidas, frente a las 42 del año 2022, cuatro veces más. En este sentido, apostaron por "desnormalizar" este consumo.

En menor medida, se observó un incremento de atención a personas con problemas de consumo de cocaína (36) y anfetaminas (9). También trabajaron con personas adictas al cannabis (22), ludópatas (16), policonsumidoras (13), así como con problemas de salud mental (2) y de adicción a las nuevas tecnologías (3), al sexo (1) y a las compras (1). 

También se ha trabajó, desde un enfoque sistémico, con 141 familias que se implicaron en el proceso y se comprometieron a realizar el tratamiento de forma conjunta con el paciente.

Mientras, el Proyecto de Sos Adolescentes, que se creó en 2022 para la escucha activa y el refuerzo emocional de jóvenes de entre 12 y 29 años, atendió a 135 personas (con una media de edad de 19 años), alcanzando 63 altas. Además, se desarrollaron 46 talleres en diferentes centros escolares, llegando a 758 adolescentes.

Asimismo, cada año se elaboran campañas de prevención de alcohol y drogas y acciones de sensibilización para promover hábitos saludables, con las que se consiguió llegar a 1.250 personas en 2023. 

Por otra parte, desde el Programa de Prevención de familias, se impactó en 788 personas a través de los diferentes talleres y actividades realizadas enfocadas a la promoción y bienestar de la mujer y la crianza positiva. Acciones que buscan abordar la problemática de las adicciones en la comunidad de forma integral. También se llevaron a cabo acciones para prevenir la violencia de género en algunas poblaciones rurales como Novales, Piracés, Monflorite, Sesa y Albero Alto, llegando a 190 personas.