Huesca
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Bolea destila color y sabor de cereza con la venta de 9.000 kilos de esta fruta en la Feria

La edición número 23 del certamen ha convocado a cerca de 10.000 visitantes, que han comprado cajas y cajas de este producto y de otros artesanales que han ofrecido los  54 puestos participantes.

Más de 9.000 kilos se han vendido esta mañana en la XXIII Feria de la Cereza de Bolea
Más de 9.000 kilos se han vendido esta mañana en la XXIII Feria de la Cereza de Bolea
Veronica Lacasa

Una, dos, tres y hasta seis u ocho cajas de cerezas se han llevado quienes durante la mañana de este domingo se han acercado hasta Bolea, enla Hoya de Huesca,  para comprar cerezas. Para consumir y para regalar. Muchos de los frutos han llegado del campo al puesto porque los productores, que empezaron a cosechar el 15 de mayo, todavía están recogiendo de los árboles las últimas variedades de este producto, que pregona el verano. 

La XXIII Feria de la Cereza de Bolea se ha inaugurado a las 11.00, pero a las 9.30 han llegado los primeros compradores, para aparcar con facilidad el coche y asegurarse de que no faltaba la fruta. Santiago Pisa, de la cooperativa Cocebo, ha señalado que entre todos los cosecheros "venderemos alrededor de 9.000 kilos a lo largo de la mañana. "Todavía estamos cogiendo cereza en el campo", ha explicado. Según ha dicho, "la que estamos sirviendo ahora está cogida hoy a las 6.00, porque la que se cogió ayer ya se vendió". Este sábado, en la cooperativa se han vendido de 1.000 a 1.200 kilos", ha precisados. "Teníamos que coger más para que nadie se fuera sin cerezas", ha comentado.

Muy pocas personas o ninguna regresaban hacia su vehículos sin, al menos, una caja. La que ha madurado en los últimas días es la Lapins, pero también se han vendido de las variedades Rainier, Ferrovia y Skeena. "Hemos tenido mucha suerte con el tiempo", ha afirmado Esther Beltrán, en un puesto del productor Julio Buesa. La mujer, aún con ayuda, no daba abasto para atender las peticiones de los visitantes. Ella ha lucido un delantal decorado con cerezas que era de su madre. "Tiene 25 años y lo he tenido que repintar porque es de cuando se celebraron las primeras feria", ha explicado. 

Hace años que la plaza Mayor de Bolea se quedó pequeña para colocar todos los puestos, ya que a los de cereza se fueron sumando otros de productos alimenticios y de artesanía. Esta edición ha contado con  54 paradas en total.

Los puestos de cereza se instalan ahora en la zona del frontón de la calle Castilla y el camino hacia ellos está plagado de sorpresas. Ya en el acceso al casco antiguo , el visitante encuentra la pastelería Zucrer, que se suma a la Feria con la trenza de cerezas, la tarta de queso de cerezas y el cruasán con mascarpone y cereza. "Es repostería que solo hacemos durante la temporada de esta fruta", explican Aitor Nacenta y Ana Maestro. Durante esos dos meses, también puede conseguirse en la tienda que está en Huesca, en la calle Ramón J. Sender. 

Uno de los atractivos de este fruto es que puede consumirse solo unas semanas al año. En Bolea, la cosecha terminará dentro de unos 10 días. Santiago Peña explica en este año, con la meteorología a favor, se conseguirán unos 25.000 kilos en la cooperativa, donde tres de los cuatro socios son productores. A esta cifra hay que sumar los kilos que recogen quienes también se dedican a este cultivo en la zona. 

"Puede que en total, la producción ronde los 35.000 o 40.000 kilos", estima el portavoz de Cocebo. Ellos sacan la mayoría de la cosecha en venta directa "porque suben de propio a comprar". A Huesca, la cereza de la cooperativa llega a través de Supermercados Alto Aragón y también se pueden conseguir en la gasolinera de Esquedas y en la frontera. "Podríamos vender más, pero no tenemos kilos", señala. 

Pisa indica que la producción en Bolea es "muy pequeña". "No nos podemos comparar con Ricla o Fraga porque aquí lo hacemos todo de manera manual, artesanal".  Además está la falta de relevo generacional. "La cereza es muy sacrificada", comenta este productor. "Aquí se ven muy bonitas, pero detrás de esta cajas hay muchas horas de trabajo y los jóvenes, también es lógico, no están por la labor", explica.

En Cocebo, una caja de dos kilos, cuesta 9 euros. En otros puestos, el kilo se ha vendido a seis euros y los dos kilos, a 11. Isabel Mur ha comprado dos cajas, cada una de una variedad. Se han desplazado desde Huesca expresamente para asistir a la Feria, "como desde hace muchos años". "También hemos comprado jamón ibérico", apunta. Tras dar una vuelta por todos los puestos regresarán a casa. 

Teresa Cobo, de Zaragoza, ha ido a la Feria de Bolea por primera vez. La acompaña Maite López, que llega de Huesca y ha visitado el certamen en más ocasiones. Entre las dos familias han comprado seis cajas "para comer y para regalar". Además, se han llevado un bote de cereza triturada, que es como la mermelada pero sin azúcar añadida.   

Embutidos, quesos, repostería, melocotones, paraguayos... La oferta ha sido muy variada, incluso de aceite, vino y sidra. Cerca de la plaza Mayor estaba la parada de Sidra A Finestra, un proyecto de recuperación de manzanos del Pirineo. "Somos productores en ecológico, hacemos la sidra natural de manzana, de bosque (una bebida que hacían los celtas) y  la sidra de neu, de hielo, a la que hemos bajado los grados y que no tiene taninos", explica maría Jesús Sánchez. 

Es el segundo año que A Finestra participa en la Feria de la Cereza de Bolea. "Nos pareció muy interesante, por cercanía y porque aquí defienden su producto y defender lo de la tierra es un lema a nosotros nos gusta", apunta Chulio Romero. "Es interesante porque la gente viene a comprar y apoya a los pequeños productores", añade.  

XXIII Feria de la Cereza de Bolea.
El presidente de la DPH, Isaac Claver, y la alcaldesa de Bolea, Isabel Bailo..
Verónica Lacasa 

El presidente de la Diputación de Huesca, Isaac Claver, ha inaugurado la Feria. Junto a la alcaldesa de La Sotonera, municipio al que pertenece  Bolea, Maribel Bailo, ha subrayado la calidad de este producto agroalimentario y ha señalado que es "el potencial turístico del producto estrella de Bolea que atrae miles de personas cada año en esta feria, que es muestra de nuestro orgullo rural".

El presidente de la DPH ha destacado el magnífico ambiente y ha puesto en valor “el trabajo desempeñado a lo largo de todos estos años por los productores locales y agricultores que han sabido colocar a la cereza de Bolea como una de las mejores de España”.

La 23ª edición de la Feria de la Cereza se ha desarrollado con mucho sol y ha estado muy concurrida. Se estima que han pasado por Bolea entre 9.000 y 10.000 personas y que se han vendido más de 9.000 kilos sólo durante la mañana. 

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