Otra jornada trágica en el Pirineo aragonés. Un senderista vizcaíno de 60 años de edad falleció este sábado cuando hacía una ruta en la zona del ibón Superior de Brazato, dentro del término municipal de Panticosa. 

Según han informado fuentes de la Guardia Civil, a las 11.40 recibieron un aviso del 112-SOS Aragón informando de que una persona estaba realizado senderismo junto a un grupo de un club de montaña había sufrido una posible parada cardiorrespiratoria. 

Al lugar se trasladaron el Greim de Panticosa, la Unidad Aérea de Huesca y el médico 061, que solo pudieron certificar su fallecimiento. El cuerpo fue trasladado a la helisuperficie de Panticosa, donde se hicieron cargo los servicios funerarios para trasladarlo al Instituto de medicina legal y ciencias Forenses de Zaragoza. Era vecino de Trapagaran y pertenecía al Larrañeta Alpino Club.

Con esta ya son ocho las personas que han fallecido este año mientras realizaban actividades deportivas en la naturaleza en la provincia de Huesca.

Hace poco más de una semana, el 31 de mayo, un montañero zaragozano de 68 años falleció en el pico Aguja Cadier (3.022 m), dentro del término municipal de Sallent de Gállego, al sufrir un resbalón que le hizo caer ladera abajo unos 200 metros.

Además, el 18 de mayo encontraron en el fondo de un barranco de la localidad de Ara (Jaca), a un hombre, vecino de Zaragoza de 62 años, que llevaba una semana perdido, cuando salió de su segunda residencia en Abena. Todo apunta a que sufrió un accidente cuando se fue al monte, ya que el barranco tiene una caída de unos 50 metros.

Los tres fallecidos anteriores fueron barranquistas: un policía nacional de 47 años que perdió la vida el pasado 9 de mayo al sufrir una caída de 35 metros mientras realizaba un rapel en un cañón del municipio de Yésero; una mujer francesa de 53 años que falleció en Tella-Sin el 14 de abril; y un bombero madrileño de 35 que murió en la cascada de Sorrosal, en Broto, dos semanas después.

La lista de accidentes mortales de este año se completa con un hombre de 58 años y de Barcelona que falleció el 3 de febrero al despeñarse en el Aspe mientras realizaba una actividad de escalada. Estaba descendiendo cuando pisó una placa de hielo. Y tres semanas antes, un montañero navarro de 27 años también perdió la vida cuando escalaba este mismo pico.