Un pueblo entero para casarse: "Vogue nos catapultó y ya hemos abierto reservas para 2026"
El exjuez Baltasar Garzón casó el sábado a una pareja en Ligüerre de Cinca, el centro de vacaciones de UGT, que ha pasado de celebrar una o dos bodas al año a tener el calendario completo este 2024 y en 2025, con novios llegados desde Canadá, Holanda o del otro lado del Atlántico.
El pasado fin de semana, el exjuez Baltasar Garzón y la fiscal Dolores Delgado viajaron al Pirineo aragonés para celebrar la boda de unos amigos, una pareja de la República Dominicana. En este paraje idílico, con el fondo verde turquesa de las aguas del río Cinca, cuando se remansan en el embalse de El Grado, los invitados disfrutaron de una de las más de 30 bodas que se celebrarán en Ligüerre de Cinca este año.
El pueblo rehabilitado por el sindicato UGT hace casi cuatro décadas en la comarca del Sobrarbe ha encontrado en los casamientos un modelo de éxito, como prueba el hecho de que su calendario esté completo para este año, apenas hay algún fin de semana libre para el 2025 y ya se han abierto las reservas del 2026.
El consejero de Medio Ambiente y Turismo, Manuel Blasco, visitó el lunes Ligüerre de Cinca y Morillo de Tou, el otro pueblo rehabilitado por un sindicato, en este caso Comisiones Obreras, a pocos kilómetros del primero. Elogió el modelo de turismo social y respetuoso con el medio ambiente que comparten ambos. Uno y otro han encontrado un filón en la celebración de eventos, ya sean bodas o reuniones de empresa, al poder ofrecer a los clientes un pueblo entero.
Ligüerre empezó siendo un lugar donde muchos sindicalistas pasaban sus vacaciones en los bungalós o en las tiendas de campaña, hasta que hace una década se produjo el punto de inflexión: apareció en un especial de bodas de la revista Vogue ("sin pagar") y las redes sociales hicieron el resto.
"En 2003 alguien nos preguntó, ¿puedo hacer mi boda en Ligüerre? Dijimos que sí y empezamos a hacer una o dos al año. Y de repente nos llamaron de Vogue porque les parecía muy curioso que todo el pueblo fuera para el evento. Nos nombraron en una lista de los 20 sitios más bonitos para casarse", cuenta José Antonio Rufas, director de Ligüerre Enoturismo, la firma que gestiona todo el complejo, tanto el pueblo antiguo junto al embalse donde se celebran las ceremonias como el viñedo de 7 hectáreas o la zona conocida como Mesón de Ligüerre, al lado de la carretera, donde están el campin y los bungalós.
"El salto fue brutal, nos catapultó", asegura. "Vimos un potencial extraordinario. El sitio lo merecía, no era la típica finca de bodas. En 2015 nos inventamos un producto turístico: bodas de fin de semana. Si alguien quiere una celebración de llegar, comer, bailar e irse, nosotros no lo hacemos. La gente llega el viernes, se aloja, utiliza todo el pueblo y hasta que se van participan en un evento familiar y casi exclusivo. Todas las calles se engalanan al gusto del cliente", detalla Rufas.
Cada fin de semana, desde el primero de marzo hasta el último de noviembre, hay una boda, salvo el periodo comprendido entre finales de julio y finales de agosto, cuando está abierto al público en general. "Aunque cuando hacemos casamientos, le ofrecemos las cabañas de la Pedanía", aclara el director, en referencia a los alojamientos de la otra parte de Ligüerre.
Este año el calendario está completo, con más de 30 eventos, lo que significa tener a 200 invitados alojados en el pueblo de viernes a domingo. Uno de estos invitados, el pasado sábado, fue el exjuez Baltasar Garzón, encargado de oficiar la ceremonia de una pareja de amigos procedentes de la República Dominicana, muy conocidos en su país, un productor y un cirujano plástico. Lo acompañó su mujer, la fiscal y exministra de justicia, Dolores Delgado.
El fin de semana empieza con una fiesta de bienvenida el viernes, con barbacoa, para celebrar la ceremonia el sábado. Los alojamientos son las antiguas casas de Ligüerre rehabilitadas por el sindicato a partir de los años 80, cuando la Confederación Hidrográfica del Ebro les cedió el pueblo que había quedado abandonado por la construcción del embalse. "Esa fórmula de que todo el pueblo sea para la boda es extraordinaria, muy singular, existe en muy pocos sitios. Y nosotros nos encargamos de todo", comenta el responsable de Ligüerre. "Permite que todo el mundo interactúe y se genera un ambiente de convivencia".
Es posible, si así lo quieren los novios, poner velas en todos los balcones y apagar las luces del pueblo, contratar un grupo musical para tocar en una plaza, llegar en barca a la ceremonia (alguno lo ha hecho en mulo o en globo) y tener como telón de fondo bien el céspec del jardín, los campos de trigo, el agua del embalse o los viñedos. Y es que además de recuperar el caserío se retomó la actividad vitivinícola de Ligüerre de Cinca, que elabora su propio vino a raíz de la uva de las 7 hectáreas de viñas. El mismo formato se utiliza para eventos de grupos y empresas entre semana.
Hasta aquí han llegado novios desde Canadá, Holanda o Francia, y de casi todas las comunidades autónomas españolas. "La idea bucólica de recuperar un pueblo está muy bien, pero hay que llenarla de contenido y ese es el éxito de Ligüerre", comenta el director, que así se lo transmitió al consejero ayer en su visita.
"No es la recreación de un antiguo pueblo
Manuel Blasco viajó igualmente a Morillo de Tou, que también está de moda pero más especializado en eventos de empresa. Entre ambos hay "muy buen entendimiento y proyectos comunes", afirma el director de este, Jesús Montaño. "Cada uno tiene su singularidad, pero es el mismo concepto, poder tener un pueblo entero. Aunque no solo somos un resort, la gente puede venir a visitarlo".
Él menciona los muchos cambios que ha habido desde 1986, cuando comenzó su andadura. "Nos hemos enfocado a un público familiar, pero fuera de temporada trabajamos mucho con grupos, y también tenemos bodas", dice. Pero sobre se han especializado en reuniones de empresa, retiros de yoga, senderistas, colegios, actos deportivos...". El pueblo ha llegado a las 40.000 pernoctaciones al año, gracias en parte a la diversidad de instalaciones: dos albergues, dos hoteles, zona de bungalós, campamentos... además de aulas, lo que permite diversificar la clientela. "Tan pronto tenemos un grupo de enseñanza de violín como retiros de personas que hacen meditación y se sumergen en piscinas de hielo".
Jesús Montaño insiste en el éxito de este modelo, que permite una convivencia de dos o tres días entre personas que trabajan en la misma empresa o las dos familias de una boda. "A la gente le choca mucho porque no es la recreación de un antiguo pueblo. El restaurante es una antigua casa y el albergue, la vieja escuela. Hay plazas y una iglesia, que se puede utilizar".
El consejero aragonés alabó este modelo turístico poniendo a Morillo de Tou y Ligüerre de Cinca como "ejemplo claro de turismo respetuoso con la naturaleza". En la visita lo acompañaron los secretarios general de los dos sindicatos en Aragón. Manuel Pina, de CC. OO., recordó que durante 40 años se ha llevado a cabo en estos pueblos un patrón de turismo social "diferente, ni mejor ni peor que otros". En Europa está más desarrollado, pero en España representan "ejemplos casi únicos porque no se dan en ningún sitio".
Su homólogo de UGT, Juan José Arceiz, destacó que son un motor de generación de empleo. En Ligüerre la plantilla fija es de 35 trabajadores, aunque el pasado fin de semana había más de 100 personas empleadas. "Es un motor de la comarca y sobre todo es un motor respetuoso con el medio ambiente", declaró.
