Los toros de fuego exigen pasar por las aulas
La nueva normativa de Aragón obliga a realizar una formación específica a los responsables de estos espectáculos festivos. Un grupo de 20 personas de toda la Comunidad acaba de realizar el primer curso en la Pirotecnia Oscense.
Llevar un toro de fuego no solo requiere habilidad y no tener miedo a los artificios pirotécnicos. También exige una cualificación específica en Aragón para adaptarse a la normativa, más estricta desde el año pasado, cuando entró en vigor el decreto 134/2022 sobre autorizaciones de espectáculos con uso de artificios pirotécnicos en manifestaciones festivas religiosas, culturales o tradicionales, como toros de fuego, correfuegos, pasacalles y procesiones con fuego.
La nueva regulación obliga a que las personas que vayan a tirar los artefactos o a llevar los toros hagan un curso que los acredite como consumidores expertos. Una de las dos empresas habilitadas para ello en la Comunidad es Pirotecnia Oscense, que en 2023 ya realizó varios cursos para quienes portan la carretilla, y el sábado, 1 de junio, hizo el primero de responsable de grupo de consumidor reconocido como experto (RGCRE), es decir, la persona encargada de que el espectáculo sea seguro y cumpla la normativa.
Prueba del arraigo que tiene el toro de fuego en Aragón es la masiva asistencia. Participaron 20 personas que ya habían realizado la formación anterior y ahora han seguido la de responsable de grupo. Los alumnos procedían de Ayerbe, Biescas, Castejón de Monegros, Fonz, Laluenga, San Esteban de Litera, San Juan del Flumen y Sariñena, en la provincia de Huesca; y de Leciñena, Uncastillo, Moyuela y Villamayor de Gállego, en la de Zaragoza.
Jesús Martínez, encargado de la empresa y profesor de los cursos, que son gratuitos, explica que la formación está encaminada a dar a conocer los requisitos legales y las medidas de seguridad tanto del público como de quien lleva el toro. "Cada ayuntamiento debe comunicar el evento a la subdelegación del gobierno y especificar por ejemplo el recorrido que va a hacer el toro de fuego. El responsable debe encargarse de comprobar que las calles están delimitadas y el toro no se sale de ese recorrido", detalla.
Pirotecnia Oscense ya realizó el año pasado cinco cursos de consumidores y este año ya ha hecho otro. El del viernes era el primero para responsables de grupo. Martínez reconoce que han suscitado mucho interés en localidades donde el toro de fuego es una tradición muy arraigada. "Las que lo tienen como acto principal de las fiestas se han involucrado. De Biescas el año pasado vinieron a hacer el curso casi 30 personas".
El decreto contempla un apartado específico para los toros de fuego, "un armazón metálico de aspecto zoomórfico sobre el que se coloca un bastidor desde el que se disparan elementos pirotécnicos de diversa naturaleza, transportada por una o varias personas, en un espacio o recorrido determinado y acotado perimetralmente de la vía pública", tal y como lo define. El bastidor puede contar con surtidores, pólvora prensada que produce el efecto de un chorro de fuego; una rueda, con varios cartuchos de chispas de color; y cohetes borrachos, carretillas, ratas, correpiés o buscapiés.
Según la nueva normativa, las personas que deseen participar activamente deben pertenecer a un grupo de consumidores reconocidos como expertos, debidamente constituido, que pueden ser de una misma asociación, peña, hermandad, agrupación local y en la que debe haber un responsable.
Por su parte, para celebrarlo, el ayuntamiento debe solicitar los permisos oportunos a la delegación del gobierno o subdelegaciones (15 días antes) y estas emiten unas recomendaciones de seguridad y mandan copia a la Guardia Civil. En caso de un espectáculo con menos de 50 kilogramos de material pirotécnico, basta con comunicarlo. Si esta por encima, debe pedir una autorización.
