Huesca

La entrada a la Pradera de Ordesa se cierra por sexta vez esta primavera al saturarse el parquin

El servicio de autobús no empezará a funcionar hasta el 21 de junio. ​

Una imagen del parquin lleno este sábado.
Heraldo

Cada vez es más frecuente y otro fin de semana se ha vuelto a repetir. Los turistas que quieran entrar desde Torla al Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido se encontrarán con la barrera cerrada en el puente de los Navarros, ya que a las 11.20 de este sábado se ha cortado la carretera A-135 de acceso al valle al completarse las plazas del aparcamiento de la Pradera. La alternativa ha sido esperar a que se quedaran libre algunas plazas, hacer el camino a pie o decantarse por otros sectores del espacio protegido. Finalmente a las 14.00 se ha podido volver a entrar.

La masiva afluencia de visitantes esta primavera, con buen tiempo los fines de semana ha provocado ya cierres casi todos los fines de semana desde finales de abril. Ocurrió el 20 de abril, por el puente de San Jorge, y el 2, 11, 18 y 25 de mayo. Según fuentes de los trabajadores, la previsión es que esto se repita todos los fines de semana, salvo si hace mal tiempo, hasta que empiece a funcionar el transporte público. 

El servicio de autobús lanzadera que facilita dejar en Torla el vehículo privado y utilizar el transporte público no se pondrá en marcha hasta el inicio del verano. Este año solo ha funcionado en Semana Santa, del 27 al 31 de marzo. Los siguientes periodos serán del 21 de junio al 31 de agosto, del 1 al 15 de septiembre, del 4 al 6 y del 11 al 13 de octubre y los siguientes fines de semana de ese mismo mes, además del puente festivo del 1 de noviembre.    

El plan rector obliga a cortar la A-135 en el puente de los Navarros cuando el parquin alcanza el cupo máximo, unas 500 plazas. El número de visitantes admitido como tope en este sector es de 1.800 de forma simultánea. La directora de Ordesa, Elena Villagrasa, ha reconocido que cada vez ocurre con mayor frecuencia. En 2023 hubo cierres 25 días, ya fuera al completarse el aforo del parquin o porque se llegó a ese cupo con transporte público. 

Precisamente el Parque Nacional está inmerso en el diseño de un plan de movilidad sostenible, sujeto a un proceso participativo, que pretende regular las visitas, ordenar los accesos y conseguir que los desplazamientos resulten más sostenibles y más seguros. En mayo se programaron encuentros en Torla, Bielsa, Escolana, Vió y otro ‘on line’.

El plan se ha concebido para dar respuesta a los problemas que conlleva en los accesos la concentración cada año de unos 600.000 visitantes en los diferentes sectores de Ordesa, Añisclo, Escuaín y Pineta, relacionados con el estacionamiento, atascos y masificación en las entradas, así como la seguridad y el riesgo de obstrucción. Arrancó en febrero con jornadas informativas y talleres y ha concluido ahora con una segunda fase de deliberación. La siguiente, en otoño e invierno, servirá ya para definir las propuestas que se incluirán en el documento final.