Huesca
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El crematorio de Sabiñánigo abre sus puertas con una nueva licencia de actividad

Ha vuelto a trabajar con normalidad desde el viernes 10 de mayo tras volver a solicitar su licencia. 

El tanatorio Santa Orosia, donde está el crematorio, en primer plano y a lo lejos el otro tanatorio al que se le dio la licencia antes.
El tanatorio Santa Orosia, donde está el crematorio, en primer plano.
L. Z.

El crematorio del tanatorio Santa Orosia, ubicado en el polígono Sepes de Sabiñánigo, vuelve a estar abierto, después de tener que cesar su actividad por una sentencia judicial. Los propietarios han vuelto a solicitar la licencia de actividad al Ayuntamiento de Sabiñánigo, que la ha concedido, ya que en su día se modificó el Plan General de Ordenación Urbana para que este polígono Serrablés pueda albergar otros usos, además del industrial. De esta manera el crematorio vuelve a ofrecer sus servicios desde el pasado 10 de mayo. Este es el único horno crematorio que existe para dar servicio a las comarcas de la Jacetania y Alto Gállego, y durante el tiempo en el que ha permanecido cerrado, las familias de los fallecidos se han tenido que trasladar a Huesca.

El Juzgado de lo Contencioso Administrativo n.º 1 de Huesca anuló en su día el Decreto del Ayuntamiento de Sabiñánigo por el que concedió la licencia ambiental para la instalación de un horno crematorio de cadáveres en esta localidad, pero aunque el consistorio recurrió, se desestimó el recurso de apelación, sin opción de presentar recurso alguno contra la sentencia. Por lo que finalmente, el crematorio tuvo que cerrar sus puertas.

El proceso judicial comenzó en el 2018, cuando una empresa de Sabiñánigo solicitó al ayuntamiento Serrablés los permisos para la instalación de un horno crematorio de cadáveres, pero cinco negocios ubicados en el mismo polígono llevaron el tema a los juzgados, denunciando al consistorio Serrablés por conceder la licencia ambiental. El ayuntamiento la otorgó porque todos los informes de los servicios técnicos fueron favorables, incluido el del Inaga, e incluso se pidió otro externo, que se manifestó a favor de conceder la licencia.

Pero el tribunal aceptó la demanda, anulando el Decreto por el que se concedió en su día la licencia de actividad, debido a que el PGOU de Sabiñánigo no recogía otros usos que no fueran los industriales, incluido el de un horno crematorio. Así que el ayuntamiento lo modificó para que pudiera haber otros usos y ahora el plan de ordenación “lo permite y tiene la licencia en vigor”, ha apuntado la alcaldesa Berta Fernández.

En el polígono Sepes de Sabiñánigo existen otros negocios que sin esa modificación del PGOU no contaban con licencia de actividad.

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