Huesca cumple con su tradición en el cerro de San Jorge, a pesar del frío y el viento

Los oscenses celebran el Día de Aragón acudiendo a la ermita dedicada al santo y almorzando en familia a con amigos, aunque este año las condiciones meteorológicas no han acompañado. 

Día de San Jorge en el cerro.
Día de San Jorge en el cerro.
Verónica Lacasa

Contra viento y marea (o frío en este caso). Los vecinos de Huesca han acudido este 23 de abril a celebrar la festividad de San Jorge, el Día de Aragón, en el cerro de idéntico nombre, donde a primera hora de la mañana han sido varios los grupos de amigos y familias que han montado las mesas para almorzar primero y cumplir, después, con la tradición de subir a la ermita y, si no hay que esperar mucho, hacer sonar la campana de la torre. 

Nieves Agustín y sus amigos han sido de los primeros en llegar al cerro. Hay que madrugar para coger la mesa elegida, en las faldas de la colina, al sol y con la fuente cerca. "A las 9.00 estábamos aquí", explican. Con los bancos de piedra cubiertos con plásticos "porque los pájaros han dejado sus cosas" y un buen surtido de quesos, embutidos, tortillas y vino, estos oscenses se juntan en el mismo mismo sitio desde hace más de 20 años ("otros hace más de 50 que venimos").

Aunque después tenían planeado ir a comer a un restaurante, como siempre, el nutrido tentempié ha incluido postre, los famosos 'refollaos' de Ayerbe, que un componente del grupo ha ido a buscar a la localidad cercana en moto bien temprano, para que fueran del día. Eso sí, han vuelto a echar en falta un puesto donde poder tomar un café, que este 23 de abril apetecía más que nunca. 

El café no le ha faltado a la familia Broto, que ha llevado varios, termos, también de descafeinado. Cuando se juntan cuatro generaciones para celebrar el día de San Jorge hay que llevar de todo, explican los mayores. Una de la mujeres de más edad ha señalado: "Tengo 70 años y ya venía con mi padre, que siempre era el primero que tocaba la campana de la ermita". 

Uno de los jóvenes ha llegado al cerro a las 7.00 para coger una buena mesa, la misma que el año pasado. Ha colocado el mantel, que ha sujetado con piedras, y ha esperado a irse hasta que han empezado a llegar los primeros. "Según pasan los años, tenemos que coger sitios de fácil acceso, por los de más edad", ha explicado una de las primas.

Este grupo reúne a más de 40 personas. La mayor de todos es Ana Mari Broto, de 83 años, y el menor es Simón, que cumplirá tres en mayo. El pequeño ha llevado su pelota para jugar durante el almuerzo, a base de tortillas de patatas, con y sin cebolla, longaniza y huevos duros con canela, que dan suerte. Ante el frío, anoraks y fulares con tamaño de manta. 

"Es la primera vez que nos vamos"

El aire y los cinco grados registrados en algunos momentos de la mañana han frenado a muchos de quienes tienen el 23 de abril, día de San Jorge, marcado de forma especial en el calendario. Es lo que le ha ocurrido a Cristóbal López y sus amigos. El grupo de hombres, a modo de avanzadilla, ha llegado pronto al cerro. "Hoy si que no había problemas para coger mesas para cuando llegaran las mujeres y los críos, pero con este tiempo hemos decidido que nos vamos, es la primera vez que nos marchamos", han afirmado

"Nos conocemos desde el instituto o de antes y nos juntamos aquí en el cerro desde hace más de 40 años. "Aquí hemos venido de solteros, de casados, de divorciados, con hijos...", han detallado. "Hasta traíamos un hornillo de gas para hacernos huevos fritos y arroz", explican. "Nos solemos juntar hasta 20 personas", han dicho. Pero este martes, pasadas las 11.00, han plegado velas y neveras y han marchado para buscar un sitio a cubierto. Otra vez será. 

La Peña 10 d' Agosto celebra San Jorge con una comida en la plaza de toros de Huesca.
La Peña 10 d' Agosto celebra San Jorge con una comida en la plaza de toros de Huesca.
Verónica Lacasa

Con el viento de cara se han encontrado quienes han salido hacia esa hora de la ermita. José María Arnal, párroco de la Encarnación, ha oficiado una misa a la que ha asistido la alcaldesa, Lorena Orduna, junto a otros componentes de la corporación. También han estado las mairalesas, con trajes tradicionales de Aragón y que después se han encargado de repartir las 1.500 tortas con huevo cocido y el agua para acompañar. 

En la explanada situada junto al templo, la oenegé Entarachén-Vols, del colegio Salesianos de Huesca, ha repartido pastas, pasteles y bizcochos a cambio de donativos. La recaudación se hará llegar a la Casa del Pan de Belén, en Palestina. Aunque estaban bajo una carpa, las voluntarias no han sido ajenas al frío. 

Los participantes en la XXIII Jorgeada de Aragón, que han caminado durante toda la madrugada desde Zaragoza a Huesca, también han sufrido las inclemencias meteorológicas. Representantes de Os Andarianes, asociación que organiza la marcha, junto a concejales oscenses han plantado un árbol (este año ha sido una encina) en el cerro, tradición instaurada hace varias ediciones. 

Sin hinchables por el viento

El aire ha obligado al Ayuntamiento a suspender el parque de hinchables que  iba a instalarse en la explanada del cerro al mediodía. Sí ha habido teatro, a cargo de la compañía Arbolé, batucada con el grupo Samba Norte  y actividades para los adolescentes en la Zona Joven. 

En el cerro se ha notado la falta de más jóvenes, oscenses de entre 14 y 18 años, que hasta la pandemia acudían al cerro de San Jorge a pasar la mañana. Muchos han optado por celebrar las fiestas en peñas y huertos y otros "han perdido la tradición porque no han llegado a conocerla", comentaban unas familias con hijos de 16 años. El día tampoco ha acompañado. 

Aperitivo en el Jai Alai de la peña Alegría Laurentina por San Jorge.
Aperitivo en el Jai Alai de la peña Alegría Laurentina por San Jorge.
Verónica Lacasa

La Feria del Día del Libro ha abierto a primera hora en los Porches de Galicia, en el centro de Huesca. 

 

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