Huesca

Carmelo Bosque y la consejera de Ciencia perfilan el futuro Centro de Innovación Gastronómica de Huesca

El encuentro se ha celebrado en Espacio N, un referente de la cocina de vanguardia con una estrella Michelín. 

La reunión sobre el Centro de Innovación se ha celebrado en Espacio N, uno de los restaurantes con Estrella Michelín de Huesca.
Verónica Lacasa

Después de tres años de darle vueltas a la idea, el Centro de Innovación y Tecnología Gastronómica de Huesca está empezando a tomar forma. Ya tiene sede y una ayuda de 30.000 euros para echar a andar. La consejera de Ciencia, Universidad y Sociedad del Conocimiento ha comprometido este jueves esa cantidad en el encuentro que ha mantenido con el presidente de la Asociación de Empresarios de Hostelería y Turismo de Huesca, Carmelo Bosque. La reunión se ha celebrado en Espacio N, en Esquedas, a pocos kilómetros de Huesca, el restaurante gastronómico de la Venta del Sotón, laureado con una estrella Michelín y uno de los referentes aragoneses de la alta cocina de vanguardia. 

El Centro de Innovación se ha visto ralentizado por la pandemia, pero ahora se le quiere dar un impulso para tener en Aragón un punto de encuentro e investigación de una gastronomía "saludable, sostenible y de calidad". Así se lo ha hecho saber la consejera Maru Díaz al presidente de los hosteleros de la provincia, Carmelo Bosque.

Ante las propuestas lanzadas recientemente para otras posibles ubicaciones en la provincia altoaragonesa, que atesora cuatro de las siete estrellas Michelín de la Comunidad, la responsable autonómica ha querido dejar clara la apuesta por Huesca y  más concretamente por el Parque Tecnológico Walqa, aunque pueda colaborar con otras instituciones formativas en el Alto Aragón, como la UNED de Barbastro. Ha deseado que toda la provincia se sienta implicada en este espacio "y lo puedan considerar también como propio". Es además un respaldo a un sector especialmente castigado por la crisis sanitaria.   

Despejando el debate político sobre la ubicación, Maru Díaz ha justificado que esta ciudad es sinónimo de gastronomía. "Será un espacio de interacción donde puedan estar hosteleros referentes, para dar formación, y también un laboratorio de innovación". También ha mencionado al sector de la agroalimentación, con el que pudiera colaborar, "un sector que tiene un peso en el PIB muy alto en Huesca y en Aragón, al que hay que dar un valor añadido, y que mejor forma que la gastronomía". 

Por su parte, Carmelo Bosque ha confiado en que el futuro centro ayudará a “poner en valor el territorio y el sector, como último eslabón de la cadena de valor, y a unirlo al sector agroalimentario. Estamos hablando también de pasteleros, panaderos...”. También contribuirá, en sus palabras, a “posicionar Aragón a nivel nacional, ya que el turismo sin alta gastronomía es difícil de entender, y a poner en valor los productos aragoneses”. “Vamos a poner innovación y desarrollo, pero también ilusión, en unos momentos en los que la sociedad está necesitada de esta última”, ha concluido en referencia a la I+D+i.

Ana Acín y Eduardo Salanova, de Espacio N, anfitriones del encuentro, valoraron la importancia de la innovación en la gastronomía. El centro serviría para poner a Huesca "en lo más alto de la gastronomía", ha comentado Ana Acín. "Deberá estar orientado a profesionales de todos los ámbitos, el mundo de la gastronomía es muy amplio, no solo hostelería, también el sector industrial. Lo bonito es que haya sinergias entre diferentes profesionales y sobre todo que sirva como un centro de formación e investigación".  

El centro se concibe como un espacio de referencia para investigadores, hortelanos, transformadores y consumidores, vinculando la gastronomía a la salud y la cultura alimentaria. Entre sus objetivos, figura que los comedores escolares se constituyan como un referente de calidad alimenticia y dieta saludables y que la alimentación se base en la economía de la naturaleza y no simplemente de mercado.

El convenio alcanzado en su día entre el Ejecutivo autonómico y los empresarios de hostelería preveía también la recuperación del origen y los valores del producto. Para ello, se proyectaba la realización de actividades con el sector primario, así como relacionadas con la transformación y elaboración del producto, y su consumo y experimentación. Asimismo, se perseguía fomentar la formación en torno a la gastronomía.