Huesca

san lorenzo 2021

El deporte laurentino, a la espera de un regreso responsable en 2022

La suspensión de las fiestas ha dejado por segundo año la celebración de varias competiciones en el aire y los deportistas piden prudencia.

Mikel Rico, Jorge Lafuente y Miguel Malo, en el Palacio de los Deportes.
Rafael Gobantes

El Prelaurentis, el Pórtico Laurentino y las Fiestas de San Lorenzo congregaban en sus programas alrededor de quince torneos y competiciones deportivas. Ninguna de ellas se pudo celebrar el año pasado y en el actual la situación es similar con citas emblemáticas como la de motocross en Tierz o el gran premio de ciclismo de nuevo congelados. La actividad en las diferentes instalaciones, circuitos y parques de Huesca, que debería de haber bullido durante los jornadas previas a las fiestas, especialmente en el último fin de semana, no ha sido tal. Los sentimientos de los deportistas en estos días no distan de los del resto de los oscenses, añoranza por lo vivido hasta el año pasado y esperanza en que pronto se puedan recuperar unas celebraciones, si no iguales, al menos lo más parecidas a lo que venían siendo.

"Soy un enamorando de San Lorenzo", afirma con rotundidad Jorge Lafuente, el capitán del Levitec Huesca, uno de los conjuntos emblema de la ciudad. "Para mí San Lorenzo es la mejor semana del año, me encanta y cuando las cosas van mal siempre les digo a mis compañeros de equipo que no se preocupen porque queda un día menos para las fiestas", ejemplifica su pasión.

El alero tiene "la suerte" de que en su disciplina deportiva las pretemporadas acostumbran a arrancar justo cuando acaba la San Lorenzo. "Suelo decir en broma que me dedicó al baloncesto porque no empezamos hasta el día 16", confiesa.

No le ocurre así por ejemplo a Miguel Malo, central del Bada Huesca. "El día 9 solemos terminar el entrenamiento sobre las 12.00, al chupinazo no llego, pero salgo corriendo para reunirme con mis amigos y disfrutar por lo menos de la tarde», se resigna alguien que es «muy fan de las charangas" y al que le encanta "el ambiente que se genera en las calles". "Los oscenses sentimos en estos días que Huesca es el epicentro de España porque vienen amigos y familiares de todas partes", describe.

Mikel Rico, uno de los capitanes de la SD Huesca, aporta una visión pareja, pero a la vez diferente por su condición de vasco oscense. "El equipo en estas fechas suele estar de concentración, pero algún año sí que me ha cogido en casa y para los que venimos de fuera resultan unas fiestas muy atractivas, he vivido las de otros lugares y éstas son diferentes, muy familiares", afirma. Uno de los recuerdos especiales que guarda se remonta a hace doce años: "Estaba empezando la relación con mi mujer, bajamos del ‘stage’ en Benasque, era el último día de fiestas y estuve todo el día con ella por toda la ciudad".

Echando la vista adelante los tres tienen un deseo similar. "Ojalá el año que viene podamos disfrutar un San Lorenzo como el de siempre, aunque creo que hasta que llegue uno así van a pasar unos años, se generan aglomeraciones y resulta complicado. Esperemos que cuando estemos todos vacunados y la situación sea mejor, se pueda ir recuperando", desea Lafuente. También Malo opina que "hay que esperar a que la situación sanitaria sea mejor", algo que suscribe Rico, quien también pide a estos días que vienen "responsabilidad".

"Sin fiestas, el GP de San Lorenzo no tiene sentido"

Es una de las más emblemáticas, por las 68 ediciones que lleva a sus espaldas, por el público que congrega y por ser, junto a las simultáneas de ajedrez del Jaque, uno de los pocos eventos deportivos que se reservan para el programa de las fiestas propiamente dicho. La organización trató hasta el final de llevarla a cabo, de hecho su suspensión no se decidió hasta hace dos semanas, pero finalmente por segundo año consecutivo el Gran Premio San Lorenzo de ciclismo no se celebrará. "Sin fiestas, el gran premio no tenía sentido", reconoce Miguel Bergua, el presidente del Club Ciclista Oscense, entidad encargada de llevar a cabo una prueba clásica en el calendario ciclista y que, a pesar del paréntesis actual, "no corre peligro de seguir celebrándose cuando las condiciones sean las idóneas".

"Es nuestro gran escaparate, la oportunidad de que el equipo élite y sub-23 corra ante su gente y de que el público de Huesca vea en sus calles una prueba importante que en esta ocasión hubiese tenido un gran cartel por la escasez de citas que está habiendo esta temporada", se lamenta resignado Bergua, reconociendo que se barajaron opciones como sacar la carrera fuera del casco urbano manteniendo en él la salida y la llegada, "en las que sí se hubiese podido controlar la afluencia de público", pero que se acabó descartando la opción "por las restricciones de tráfico que implica la fecha en la que se celebra, el 15 de agosto".