Huesca
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DESPOBLACIÓN

Amenaza de cierre para el colegio unitario de Villacarli, en Ribagorza, por falta de alumnos

Media docena de centros se han clausurado en los últimos cinco años, pero ahora esta escuela es la única que peligra.

Alumnos de 6º de El Parque bailando un 'palotiau'.
Amenaza de cierre para el colegio unitario de Villacarli, en Ribagorza, por falta de alumnos
HERALDO

El cierre planea sobre el colegio unitario de Villacarli. Esta semana puede haber sido la última en la que las risas, los juegos y la alegría de los niños haya llenado las aulas de esta pequeña escuela situada en el municipio de Torre la Ribera que se dio a conocer por su programa de integración de dos niños ciegos. Tras la marcha de una familia de la zona, solo quedan tres niños en edad escolar. No obstante, Educación no da por cerrado el centro escolar a pesar de que solo haya tres chiquillos. "La escuela se mantendrá mientras que los padres no pidan otro centro", aseguraron fuentes de la consejería.


Hace un mes los vecinos de Villacarli, un pequeño pueblo de 30 habitantes en la zona de Vilas del Turbón, temen el cierre del colegio. Fue el momento en el que una madre con tres hijos en edad escolar les comunicó que se mudaba a otra población. El colegio iba a quedarse solo con tres niños: uno en 6º, otra en 4º y un tercero en 3º, todos ellos de pequeñas aldeas situadas cerca del pueblo como Visalibons y Magarrofas.


Desde entonces, desde que se conoció la marcha de esta familia, algunos dan por seguro que el fin de esta pequeña escuela está cercano, otros confían en que todavía puede cambiar la situación durante el verano y hay quien incluso ansía que se mantenga abierta. "Yo estoy muy contenta con el centro. Entiendo que son demasiados recursos para tan pocos niños, pero mi hijo, que es ciego, va muy adelantado y ha sacado muy buenas notas", relató Encarnación Esquis, madre del más pequeño de los alumnos. "Son como clases particulares en las que, al estar tan poquitos, reciben una atención especial", añadió. Esta madre, además, quiso destacar también lo bien dotada que está la escuela "tiene tres o cuatro ordenadores".


De momento, lo único que hay seguro es que el ayuntamiento, tal y como confirmó ayer el alcalde de este municipio y presidente de la comarca, José Franch, no ha recibido ninguna comunicación oficial respecto al cierre. "Creo que aún hay tiempo para apuntarse en el colegio", comentó. Desde Educación confirmaron que no ha habido ningún comunicado al respecto y que, además, "la escuela se mantendrá abierta con tres niños a no ser que los padres pidan otro centro", aseguraron.


Sin embargo, parece que esa situación ya se ha dado. Una de las madres aseguró ayer a este periódico que "no es una solución tener un colegio con tan pocos alumnos. Mis cinco hijos han ido allí y todavía hay una en Primaria. Pero yo, aunque mantengan abierto el centro, la llevaré a otra escuela para que se relacione con más niños".


De llevarse a cabo el cierre, los tres niños irán a la escuela de la Puebla de Roda, un colegio que también pertenece al CRA (colegio Rural Agrupado) de la Baja Ribagorza y que está situado a tan solo 10 minutos de Villacarli.


Nueve cierres en cinco años

Este es el único centro, por el momento, que peligra en toda la provincia de Huesca, en la que en los últimos cinco años se han cerrado media docena de escuelas. En septiembre del pasado curso, la clausura fue un hecho en los centros de La Melusa, un núcleo de Tamarite de Litera, y el de Escalona. Pero fue por motivos muy diferentes. En el primer pueblo, cuya escuela se nutría fundamentalmente de las familias residentes en la finca del mismo nombre propiedad de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) y de torres agrícolas cercanas, se quedó sin alumnos ya que los tres últimos salieron al instituto. Mientras que el de Escalona, con tres alumnos todavía, Educación quería mantenerlo abierto un año más con un niño de 11 años y dos de 3 a sabiendas de que este próximo curso debería cerrar. Pero los padres de los más pequeños, por tanto cambio en dos años y la falta de servicios como comedor escolar, prefirieron matricular a sus hijos en otros centros.


En 2008 también cerró el colegio de Lafortunada y dos años antes, el de Secastilla. La lista fue más larga en 2005 ya que en noviembre cerró la escuela de Capdesaso (Sariñena), pero desde septiembre las aulas de Alberuela de Laliena, Buera, Cantalobos y Poleñino permanecían vacías.


Y si cerrar un colegio es morir un poco, sobre todo para los pequeños pueblos, conseguir reabrirlo se convierte en una gran fiesta. En estos últimos cinco años tres poblaciones altoaragonesas lo han logrado. Gistaín abrió en 2007, y dos años antes, Siétamo y Tierz también reabrieron sus escuelas.