Centro de Menores de Ateca: el horror del beneficio

El Centro de Atención a Menores de Ateca está siendo investigado porque algunos de sus trabajadores pudieron cometer abusos de todo tipo contra los menores que debían cuidar. Resulta espeluznante que un espacio que debería ser un refugio para niños y adolescentes con problemas se pueda convertir en un auténtico infierno que en lugar de ayudarles los hunda más o definitivamente.

Este tipo de situaciones ocurren con una terrible frecuencia: casos de menores tuteladas que son prostituidas o abusadas, chicos golpeados, menores inmigrantes almacenados hasta los 18… O residencias donde los ancianos permanecen atados, desnutridos, maltratados…

Por razones económicas los Gobiernos se han desentendido de los cuidados de los menores y también de los mayores, y los han subcontratado a empresas privadas que trabajan bajo denominaciones con aroma benéfico. El caso es que el negocio es de tal magnitud que son fondos de inversión y grandes multinacionales las que pujan en estos momentos por el negocio de la Tercera Edad en España. En 2019, las empresas privadas que gestionan estos centros facturaban 4.650 millones. En 2022 sumaron 4.900, un 5,4% más. Sin duda, se trata de un gran pastel. Y algo similar, pero a menor escala, ocurre con los centros de menores.

Da igual lo que las administraciones paguen por esas plazas, que pagan y mucho. Quien las gestione tratará de obtener la máxima rentabilidad. Y eso solo se puede hacer a costa de recortar en alimentación, en profesionales cualificados, instalaciones adecuadas, formación, actividades...

¿De verdad esto encaja en el denominado Estado del bienestar?

Hemos depositado a los más vulnerables en manos del mercado. Y el precio se traduce en sufrimiento y vidas rotas.