Tercer Milenio
En colaboración con ITA
Talento científico para Aragón: "Investigar es un viaje muy duro y estos contratos son un alivio, por fin la estabilidad"
Once investigadores del programa Araid se incorporarán a los centros de la Comunidad. En la convocatoria de 2025 se espera oferta hasta ocho nuevas plazas.
Juan Pedro Rodríguez y Alba Martín, de 43 y 36 años respectivamente, son dos de los 11 investigadores que se van a incorporar a un centro aragonés gracias a uno de los contratos de la última convocatoria de la Fundación Agencia Aragonesa para la Investigación y el Desarrollo (Araid). Salir al extranjero es parte esencial de la carrera de los jóvenes científicos, pero la oportunidad de retorno ninguno la tiene asegurada y sí mucha incertidumbre. Sus currículos reflejan un mínimo de seis años de experiencia posdoctoral, dos de ellos al menos en centros de investigación de reconocido prestigio, ya sea dentro o fuera de España.
“Investigar es un viaje muy duro, una profesión muy exigente y estos contratos son un alivio, por fin la estabilidad”, resume Rodríguez, un geólogo que a comienzos de diciembre se incorporará al Instituto Universitario de Ciencias Ambientales (IUCA) de la Universidad de Zaragoza, al grupo Geotransfer al que lleva vinculado desde hace años. Por su parte, Martín, que estudió Ingeniería de Telecomunicación y el máster en Ingeniería Biomédica en el campus público aragonés, desarrollará su investigación en el grupo Biomedical Signal Interpretation and Computational Simulation (BSICoS) en el Instituto de Investigación en Ingeniería de Aragón (I3A).
"Quiero devolver a Aragón lo que me ha aportado"
La historia de Rodríguez es la del regreso a sus “raíces más profundas”. Y por doble motivo. Nació en Madrid pero su abuelo materno es de Jasa, aunque reconoce que tiene pendiente visitar la localidad pirenaica. Estudió Geológicas en las Universidad Complutense de Madrid y una estancia turística con su familia en una zona cercana al Monasterio de El Olivar, en Estercuel, le llevó a dedicar su tesis a las formaciones areniscas de Utrillas y Escucha y su origen eólico y desértico.
“Son más de 20 años ligado a la geología de Teruel, alrededor de la que ha girado toda mi trayectoria y vida profesional”, explica. Tras doctorarse, dio clases en la Complutense entre 2009 y 2014, para después pasar cerca de un año entre 2014 y 2015 en el centro de investigación de alto rendimiento de la petrolera Saudi Aramco. “El estudio de las unidades rocosas turolenses me dio esta oportunidad porque son excelentes para el almacenaje de hidrocarburos”, explica.
De allí dio el salto a las universidades de South Wales (Reino Unido), Nebrija (Madrid) y la Universidad de los Emiratos Árabes para, después de la pandemia, regresar a Inglaterra, a la Universidad de Sussex. Una ayuda María Zambrano del Ministerio de Universidades le permitió en 2022 regresar a España, a la Universidad del País Vasco, donde trabaja actualmente, pero con la vista puesta en Aragón.
En la Comunidad asegura que se siente “como en casa” y que quiere “devolverle” los “logros científicos” que ha cosechado gracias a este territorio. Además, el Departamento de Ciencias de la Tierra es “uno de los mejores de España, puntero y de referencia”. Sobre el programa Araid asegura que no tiene nada que envidiar a su homólogo vasco Ikerbasque, ya que es una “apuesta decidida”, con una “gestión eficaz” y que atrae “a perfiles muy altos”.
Este geólogo es uno de los nuevos investigadores Araid que ha participado este martes en un encuentro con la consejera de Empleo, Ciencias y Universidades, Claudia Pérez Forniés. A la convocatoria se presentaron 67 solicitudes, la cifra más alta desde la primera edición en 2007 desde 30 centros de la Comunidad. El 67% de los aspirantes provenían de candidaturas internacionales, mayoritariamente españoles y aragoneses que se encontraban fuera de la región o el país y aspiraban a regresar. La participación femenina fue del 31%.
"Supone una estabilidad profesional y mentalmente"
Una de estas mujeres es Alba Martín, que el próximo 1 de octubre se incorporará como investigadora Araid al instituto I3A. “Este contrato supone una estabilidad muy importante, tanto laboral como mentalmente”. Añade su agradecimiento al grupo BSICoS, con el que ya viene trabajando desde septiembre de 2020 gracias a una beca Juan de la Cierva. “He aprendido mucho de ellos, aquí no llegas sola, necesitas el apoyo de tus compañeros y los méritos son compartidos”, dice.
Su campo de trabajo está centrado en el desarrollo de métodos de procesamiento e interpretación de señales biomédicas guiadas por la fisiología. Su línea de investigación se enmarca en la obtención de marcadores no invasivos basados en la electrocardiograma para caracterizar patologías e identificar el riesgo arrítmico en pacientes.
Natural de Samper de Calanda, se licenció en Ingeniería de Telecomunicaciones en 2011 y cursó el máster en Ingeniería Biomédica, ambos en Zaragoza. Su doctorado lo hizo en el Politécnico de Milán en cotutela con el campus público, donde adquirió una amplia experiencia. En su posterior etapa postdoctoral en la Universidad de Lund, Suecia, trabajó con un experto internacional en el campo de la fibrilación auricular (un ritmo cardíaco irregular y, a menudo, muy rápido que puede aumentar con el envejecimiento), lo que le permitió crecer científicamente.
Su “meta” era afincarse en su tierra, investigar en un grupo consolidado, aunque para ello, como el resto de científicos, haya tenido que vivir un exilio voluntario, “salir de la zona de confort, pero ha valido la pena”.
Los 11 nuevos investigadores Araid se incorporarán en las siguientes áreas: tres en tecnologías digitales, dos en nuevos materiales, dos en salud, biotecnología y biomedicina, uno en agroalimentación, uno en recursos naturales y medio ambiente, uno en energía y movilidad sostenible, y uno en patrimonio, desarrollo social y cultural, a las que se suma la incorporación de un investigador del área de ciencias del espacio, de la anterior convocatoria.
Desde 2015 esta Fundación ha conseguido atraer a más de 118 investigadores, según datos del Gobierno aragonés. En este tiempo, han generado más de un millar de artículos publicados y han trabajado en más de 715 proyectos, que se traducen en una financiación de más de 200 millones, de los que aproximadamente 52 han llegado directamente a la Comunidad. Además, aseguran desde el Departamento de Ciencia, la mayoría permanecen en la región a través de la Fundación o mediante la obtención de plazas permanentes en sus centros. En la convocatoria de 2025 se espera oferta hasta ocho nuevas plazas.
