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secuestro 

Un criminólogo cuestiona la versión del grapo Silva Sande sobre la muerte y el entierro de Publio Cordón

En un informe, remitido en su día a la Audiencia Nacional y a la familia del empresario, considera que pudo ser asesinado por los Grapo en el chalé de Lyon.

Antoine Martínez, dueña del chalé de Lyon que alquiló a los Grapo y sirvió de zulo para Cordón.
Antoine Martínez, dueña del chalé de Lyon que alquiló a los Grapo y sirvió de zulo para Cordón.
G. Mestre

El criminólogo Víctor Fernández Martínez cuestiona la versión del grapo Fernando Silva Sande sobre la muerte y el entierro del empresario Publio Cordón, secuestrado por el grupo terrorista el 27 de junio de 1995 cuando hacía deporte en el Canal Imperial de Zaragoza. El informe que realizó en 2017, basándose en la carta del grapo a la familia,  se entregó a la Audiencia Nacional, pero no se hizo público. Al ver que la familia del empresario y el exjuez Javier Gómez Bermúdez inciden ahora en su versión, el detective ha decidido hacerlo público, cuando quedan doce meses para que prescriba el delito si no se encuentran los restos de Cordón, dado que se cumplen 30 años de su secuestro el próximo 27 de junio de 2025.

El informe se remitió en su día también a la familia Cordón, que ahora está buscando una solución jurídica y policial para la búsqueda de Cordón en el chalé de Lyon donde fue secuestrado. Víctor Fernández Martínez ha sido detective 32 años, entre Galicia y Madrid, y acaba de prejubilarse, a punto de cumplir 64 años. 

En el estudio realizado junto a tres grafólogas se llega a la conclusión de que Silva Sande ideó “un plan de mentiras” para cambiar la escena del lugar de ocultación de los restos del empresario (desde Lyon hasta Mont Ventoux, en la Provenza, a casi 400 kilómetros), pero defendiendo que la “única causa de la muerte” fue accidental al caer por la ventana de la primera planta cuando intentaba escapar.

Tras utilizar la carta remitida por el grapo a la familia, que publicó HERALDO el 26 de junio de 2011, el criminólogo defiende que “Silva Sande mintió, por su carácter de fabulador” y eso se confirmó con el estudio grafológico. “Es muy dudosa la versión que dio de que Publio Cordón se cayó por la ventana de la habitación (del chalé de Lyon), y en realidad pudieron meterle un tiro porque intentaba escaparse. Daban una versión dulcificada”, sostiene Víctor Fernández Martínez, un experto en búsquedas de desaparecidos, en declaraciones a este diario.

Zona del Mont Ventoux en la que se buscó a Publio Cordón en 2013
Zona del Mont Ventoux en la que se buscó a Publio Cordón en 2013
Guillermo Mestre

En sus conclusiones consideran que “su autor se inventa un supuesto lugar de enterramiento, repleto de dificultades orográficas y climatológicas, con el fin de temporalizar su búsqueda, ganando tiempo, buscando el cansancio y la confusión (en la Guardia Civil) y así conseguir su objetivo de que se abandone su investigación ante la falta de resultados (la última vez que se buscó fue en 2022 por la docuserie ‘Publio, un secuestro sin fin’, estrenado en Max) y, en consecuencia, quede prescrito el delito de secuestro y muerte accidental, con la salvedad de que sin cuerpo o restos óseos tampoco hay delito incluso en el país francés”.

Enterrado con un pico  

También cuestionan la versión de Silva de haber enterrado a Cordón con un pico “para forzar e inducir a la Guardia Civil” la búsqueda en sus restos en Mont Ventoux. “Es muy inteligente y siempre ha buscado su beneficio penitenciario en la cárcel de Teixeiro a través de la carta (está en tercer grado después de ser trasladado a Galicia en julio de 2022). Preparó su versión para buscar su libertad en su tierra y sobre todo librarse del muerto (Publio Cordón)”, detalla el criminólogo.

Lo más lógico sería que lo remataran porque no les servía un herido y no podían hacer el canje. El objetivo para los Grapo era el rescate (400 millones de pesetas que recibieron de la familia vigilada en París el 9 de agosto de 1995, cuando el empresario ya estaba muerto). No lo llevaron a un centro hospitalario, y Silva Sande era de tiro fácil en su historia delictiva y odiaba a la Guardia Civil”, recalca el investigador.

Tampoco cree que jugaran con el riesgo de trasladar los restos del secuestrado desde Lyon hasta la Provenza en un coche, puesto que se tardan “unas tres horas y diez minutos como mínimo”. “Deberían haber buscado antes por la zona del chalé antes que ir a Mont Ventoux, pero ya les había convencido a los de la Guardia Civil. Ahora se han quedado en un túnel sin salida”, recalca el criminólogo. “Ha conseguido lo que quería, es decir, que pasen del tema”.

Foto de archivo del juez Bermúdez en el chalé de Lyon donde estuvo secuestrado Cordón.
Foto de archivo del juez Bermúdez en el chalé de Lyon donde estuvo secuestrado Cordón.
Guillermo Mestre

Declaraciones del exjuez instructor Bermúdez

Esta versión coincide con la reciente manifestación del exjuez Javier Gómez Bermúdez (instructor del secuestro entre 2012 y 2015) a HERALDO el pasado 28 de junio, cuando manifestó: “Silva miente sobre dónde está enterrado el empresario porque si se encuentra se podría saber que pudo ser asesinado. Mi hipótesis es que los Grapo se lo cargaron y lo enterraron seguramente en el jardín de la casa de Lyon o en los pozos de agua que hay alrededor”.

De hecho, el criminólogo (de origen gallego, como el grapo reinsertado) es contundente al calificar a Silva Sande como “un recluso psicópata, no rehabilitado, que busca vengarse de su falta de libertad y de sus circunstancias personales” (lleva ahora un año en tercer grado y el exjuez Bermúdez confirmó que “ahora tiene un problema mental”).

Al hacer la valoración de la versión que trasladó Silva Sande a la Guardia Civil, el detective y criminólogo Víctor Fernández Martínez destaca que “a todas luces miente, tergiversa y oculta la verdad de los hechos acaecidos durante su cautiverio, con el fin de dilatar, enmarañar, seducir y manipular a los investigadores para conseguir una cierta credibilidad, facilitando a las autoridades judiciales dicha información, de una manera somera y peculiar, para que después de un arduo trabajo (la Guardia Civil buscó durante meses en unas mil viviendas en los alrededores de Lyon para saber donde se secuestró en el número 5 de la Rue de las Batterie) se localizara el lugar donde estuvo retenido y así continuar con su estratagema”.

Silva Sande custodiado por dos agentes
Silva Sande custodiado por dos agentes
J. Cebollada

La carta enviada a la familia 

Cuando Silva Sande mandó la carta a la familia de Cordón en junio de 2011 (fechada el 9 de mayo de ese año desde la cárcel de Soto del Real, Madrid) ya había estado con la Guardia Civil tres veces en Mont Ventoux para intentar localizar los restos del empresario que habrían enterrado y dejarían al lado del pico con el que excavaron esa fosa. Pero no lo encontraron y el grapo se despedía con esta frase: “Por mi parte sigo y seguiré predispuesto a colaborar en la búsqueda”.

El detective examina la misiva a través de la “psicología de la memoria a largo plazo”: el hecho de haber participado en un suceso dramático que ocurrió hace años (1995), donde “el contenido emocional” de la huella de la memoria juega un papel intenso y decisivo, y queda registrada fielmente en la región del hipocampo del cerebro, independientemente del largo tiempo trascurrido”. “Atendiendo a dichos argumentos, la justificación del autor es claramente falsa, intentando engañar y confundir a sus lectores”, incide el informe remitido a la Audiencia Nacional. 

Además, el estudio derriba la versión del supuesto “trágico accidente” que provocó la muerte de Cordón en el chalé de Lyon. De hecho, critican la explicación porque “inconscientemente revela la verdad” e “intenta manipular sus consecuencias, al apuntillar que la caída o precipitación no era una altura suficiente como para sufrir graves lesiones”.

Concluye también que es poco creíble que el grapo Silva Sande se autodefina como “un individuo con ciertos valores cívicos y humanos” porque le son impropios como miembro de los Grapo. Además tampoco considera verosímil su narración de que el terrorista intentó practicarle “el boca a boca” al empresario secuestrado tras esa supuesta caída por la ventana porque “no tuvo pérdidas de conocimiento por una insuficiencia respiratoria, propia de un paro cardíaco, sino por un traumatismo craneoencefálico severo”. 

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