Los dos eurodiputados aragoneses elegidos en las últimas elecciones, Borja Giménez (PP) y Rosa Serrano (PSOE), recogieron este lunes su acta tras jurar el cargo en el Congreso de los Diputados, una ceremonia indispensable para iniciar la legislatura. Ambos coincidieron en la importancia de la etapa política que se abre a partir de ahora en Bruselas, donde el reparto de fuerzas y el auge de la extrema derecha obligarán a «nuevos pactos» para «afianzar» los valores europeos.

«Asumo con mucha ilusión y responsabilidad esta nueva etapa en la que quedo al servicio de los aragoneses para defender los intereses de nuestra comunidad en la UE», comentaba Giménez tras el acto en el que 59 eurodiputados juraron o prometieron la Constitución, tal y como recoge la ley electoral.

En la misma línea, la socialista Rosa Serrano se mostraba «orgullosa y emocionada» con esta nueva etapa en la que, eso sí, afronta retos importantes. «Tenemos que trabajar todos los demócratas y todos los partidos proeuropeístas para afianzar que Europa siga avanzando en prosperidad económica, ambiental y de justicia social», en especial, añadía, «frente a la amenaza de la extrema derecha en las instituciones». «Va a a ser una legislatura distinta, los acuerdos no serán los mismos, habrá que trabajar e igual toca unirnos más», reflexionaba.

De momento, los aragoneses ‘destinados’ en Bruselas desconocen qué funciones y comisiones asumirán para los próximos cinco años. De momento, las próximas dos semanas avanzarán en el trabajo de sus respectivos grupos parlamentarios, de cara al pleno constituyente que se celebrará a partir del día 15.

Una ‘vacante’ por ausencia

La Junta Electoral Central, con sede en el Congreso de los Diputados, citó este lunes a los europarlamentarios elegidos en las elecciones del pasado mes de junio para jurar o prometer la Constitución, tal y como recoge el artículo 224.2 de la Ley Orgánica del Régimen Electoral General (LOREG).

Como suele ocurrir en estos casos, la fórmula más repetida por los representantes de la derecha fue la de jurar la Carta Magna, mientras que los de la izquierda apostaron por prometer. Hubo, eso sí, varias excepciones. Ohiane Agirregoitia (PNV), Penando Barrena (Bildu) y Ana Miranda (BNG) lo hicieron «por imperativo legal».

Solo hubo una ausencia, la del dirigente de Junts Toni Comín, huido en Bélgica desde 2019. Su acta queda ahora vacante temporalmente hasta que se produzca el de acatamiento a la Constitución.