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sanidad

Fin de curso musical en el Hospital Infantil Miguel Servet

Estudiantes de violín han interpretado conocidas piezas de rock para los niños hospitalizados. La actividad ha sido posible gracias a Cierzo Musical, la Asociación Latir y Fundación Sesé.

Un momento del concierto que tuvo lugar este viernes en el Hospital Infantil Miguel Servet de Zaragoza.
Un momento del concierto que tuvo lugar este viernes en el Hospital Infantil Miguel Servet de Zaragoza.
DGA

Son las cinco de la tarde de un 21 de junio, final de curso en los colegios aragoneses y este año, por primera vez, también en el salón de actos de la planta 4ª del Hospital Materno Infantil Miguel Servet de Zaragoza. 

Este espacio se ha convertido este viernes en un hervidero de nervios donde 12 de los componentes del grupo de violines de la escuela Cierzo Educación Musical Método Suzuki realizan los últimos ensayos y afinan sus violines para una actuación muy especial. Aunque todos ellos están acostumbrados a dar conciertos y solo van a interpretar unas pocas piezas de su extenso repertorio de Rock, el público de es muy especial y muy poco habitual. Bruno, que a sus 14 años es el solista del grupo, comentaba “es un repertorio muy chulo, pero lo más bonito es poder tocarlo para niños que no lo están pasando muy bien”.

A los 12 intérpretes les acompañan Irene y Samuel, sus profesores de violín, que comentan que aunque sus alumnos están muy acostumbrados a salir al escenario, nunca antes habían tenido una experiencia que les hace crecer tanto en valores. Irene Huete, profesora en Cierzo Educación Musical Método Suzuki, confía en que "esta aportación ayude a mejorar la estancia de los niños ingresados y que puedan disfrutar y participar en el concierto". "Es un concierto de niños para niños y todos los que estamos hoy en la sala vamos a hacer música, tanto los que estamos sobre el escenario, como los que están en las butacas", concluye.

Ya son las seis de la tarde, y los chavales hospitalizados comienza a llegar al salón de actos. No es fácil acomodarlos, ya que muchos de ellos vienen con gotero incluido. Pero no vienen solos, van acompañados de sus padres, algún hermano y amigo. También cuentan con ayuda de los "acomodadores", que en este caso son voluntarios de la Fundación Sesé que, gracias a su experiencia en la actividad semanal 'En el hospi estoy de cine', ayudan a ubicar a todos los pequeños para que puedan disfrutar de la actuación. 

Pablo Ferrán voluntario de la Fundación afirma que "es realmente conmovedor poder ser parte de momentos como este". "Ver las sonrisas en las caras de estos niños es muy gratificante. Cada semana con nuestra actividad vemos lo importante que es traer un poco de alegría y distracción a sus días de hospital. Hoy, con este concierto tan especial, sabemos que estamos contribuyendo a que tengan un recuerdo inolvidable que además pueden compartir con sus familias. Es un privilegio poder colaborar para que disfruten de esta experiencia única", comenta.

El concierto de violín en el que se han interpretado distintas piezas de rock se ha desarrollado este viernes, último día de cole, en el cine del Hospital Infantil
El concierto de violín en el que se han interpretado distintas piezas de rock se ha desarrollado este viernes, último día de cole, en el cine del Hospital Infantil
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Sin embargo, no solo van a ser espectadores, el lema de la sesión es “Todos podemos sonar”, iniciativa que gracias a las Musicoterapeutas de la Asociación Latir Loreto Caso y Carla Navarro (presidenta) se ha impulsado. La sesión ha sido ideada de forma interactiva, donde cada uno de los asistentes van a ser los percusionistas de la banda, gracias a instrumentos pensados para ser tocados independientemente de su estado de salud como son los 'boomwhackers', las claves, los tambores y panderos, los 'shakers' en forma de huevo o incluso su propio cuerpo.

Carla Navarro explica: "La música favorece la transformación de los espacios hospitalarios, lo que contribuye a la humanización de los lugares en donde está presente. Y con este primer concierto interactivo buscamos que la experiencia del ingreso hospitalario que tienen que vivir los niños y niñas con sus familias sea más cercano, humano y por qué no... ¡musical!” Además, afirma que “en este tipo de formato donde se une la música y la musicoterapia queremos que sean ellos y sus familias los protagonistas, ya que participan dentro de una experiencia musical donde no son agentes pasivos, sino que ellos son también creadores, de una manera activa de lo que está ocurriendo y sonando. Siendo todos parte de esa comunidad sonora”.

En definitiva, una actividad de voluntariado diferente que aúna el voluntariado corporativo de una gran empresa como es Transportes Sesé, la experiencia en musicoterapia de la Asociación Latir, y la concienciación de la labor social a los más pequeños a través de la escuela Cierzo Educación Musical Método Suzuki.

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