Los alumnos de la asignatura de Dibujo Artístico de 1º de Bachillerato de Bellas Artes del instituto Goya de Zaragoza ultiman estos días un mural protagonizado por tres mujeres que forman parte de la historia del centro pero que, como muchas otras, no salen en los libros de texto: la escritora Irene Vallejo, la filóloga y lexicógrafa María Moliner y la triatleta Marta Pintanel.

Las protagonistas de esta intervención artística están estrechamente vinculadas a unas aulas por las que han pasado alumnos ilustres. La autora de ‘El infinito en un junco’ estudió entre estas paredes y dedicó el premio de las Letras Aragonesas, que recibió el pasado mayo, a su profesora de Lengua y Literatura, Carmen Romeo, que marcó su vocación. La bibliotecaria que escribió sola y a lápiz el Diccionario de uso del español destacó en Química General, asignatura en la que tuvo matrícula de honor. Pintanel, campeona sub23 de duatlón y triatlón y subcampeona del mundo, también ocupó, mucho más recientemente, uno de sus pupitres.

La elaboración de este mural forma parte del proyecto ‘¿Dónde están las mujeres en los libros de texto?’, una tema que decidió abordar la comisión de convivencia e igualdad y que se ha abordado de manera transversal en distintas materias. La pintura, de 2,5 metros de alto por cuatro de ancho, se encuentra en la pared exterior del polideportivo, por lo que no es visible desde el exterior, solo se puede contemplar cuando uno entra al patio.

Aunque el curso ya ha terminado, algunos estudiantes y profesores se dedicarán la semana que viene a dar los últimos retoques a los dos tipos de flores que forman una guirnalda bajo los retratos claros y sencillos, en blanco y negro, de estas tres referentes. Las flores, explican desde el Departamento de Artes Plásticas, no están elegidas al azar, lilium y mimosas. Las primeras, las regalaban los griegos y los romanos a las mujeres para desearles una larga vida. En Italia, las mimosas se entregan el 8 de marzo como símbolo de admiración. El dibujo final es un híbrido de dos de los bocetos que plantearon los alumnos.

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"Se han enfrentado a un proceso participativo"

“Un trabajo de este tipo les hace ilusión y para la asignatura es importante que el centro confíe en hacer algo que sale del aula y con lo que se aprende, porque no es lo mismo hacer un boceto en papel que para una pared, ni utilizar la pintura en un lienzo que aplicarla en un muro”, comentan desde el Departamento de Artes Plásticas.

Los jóvenes han tenido que usar la espátula y lijar la pared para dejarla lo más lisa posible y después aplicarle una primera capa de pintura blanca homogénea. “Se han enfrentado a un proceso participativo en el que se han tomado decisiones por votación y han vivido todos los pasos del proceso, como sucede en un trabajo profesional, con lo que para ellos el mural tiene más sentido y un fuerte poder simbólico”, aseguran desde el instituto. Una manera también de que los chavales se familiaricen con los nombres y vivencias de estas tres mujeres que dejan huella.