Las discrepancias entre los socios del Pignatelli han vuelto a salir a relucir. El grupo parlamentario de Vox ha registrado en solitario una proposición de ley para suprimir el reconocimiento del aragonés y del catalán como lenguas propias. Cansados de esperar a que se sustancie el comprometido proyecto de ley de la coalición PP-Vox, han decidido actuar para "cumplir ya" el acuerdo de gobierno. 

La iniciativa la ha registrado el portavoz adjunto de Vox, David Arranz, el pasado lunes en la Cámara y pretende modificar un solo artículo de la Ley de Patrimonio Cultural, el cuarto, con el fin de eliminar el reconocimiento del que gozan ambas lenguas. Volverían así a la polémica denominación de 2013, la que aprobó el Ejecutivo PP-PAR de Luisa Fernanda Rudi.

Como entonces, la proposición de ley de Vox defiende que, aparte del castellano que se emplea en toda la Comunidad, existe en Aragón una zona de utilización histórica predominante de la lengua propia de las áreas pirenaica y prepirenaica (en alusión al aragonés) y otra propia del área oriental (el referencia al catalán). Estas lenguas se llegaron a conocer en la época de Rudi por sus acrónimos de su denominación, Lapapyp y Lapao.

Su iniciativa es exactamente la misma que el Gobierno PP-Vox anunció a principios de año, cuando adelantó que sacaría adelante un proyecto de ley con la intención de registrarlo y aprobarlo en las Cortes antes del verano. Como no se ha cumplido, Vox ha decidido tomar la iniciativa pese a las reticencias de sus socios del PP. "Les trasladamos que la íbamos a registrar antes de las elecciones europeas, nos dijeron que lo retrasáramos porque no era el momento y ahora hemos presentado la proposición", han manifestado fuentes oficiales de Vox.     

En esta línea, han defendido que "no hacía falta esperar más" para cumplir un punto más del "acuerdo de gobierno". Y aunque han puntualizado que la relación con sus socios conservadores sigue siendo "extraordinaria", han evidenciado que no son el mismo partido y de ahí que tomen la delantera en un tema clave en su discurso ideológico.

Mientras tanto, el portavoz del PP en las Cortes de Aragón, Fernando Ledesma, ha negado que estuvieran al tanto de la iniciativa de Vox y ha subrayado que no corresponde al acuerdo de gobernabilidad. En este sentido, ha puntualizado que la proposición alude a la Ley del Patrimonio Cultural, mientras el acuerdo de gobierno, en su página doce, alude a la "revisión" de la Ley de Uso, Protección y Promoción de las Lenguas y Modalidades Lingüísticas Propias de Aragón. 

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Ledesma señala que están trabajando en la modificación legislativa de dicho texto y que se llevará a las Cortes "cuando estén de acuerdo los dos socios". Pese a que el PP llevaba en su programa electoral la supresión del reconocimiento del catalán, Ledesma no quiso adelantar el posicionamiento de su grupo parlamentario. "Fijaremos posición en caso de que la proposición de ley se llegue a sustanciar", ha añadido.  

De salir adelante, será el tercer cambio en la Ley de Patrimonio Cultural de 1999, que impulsó el Gobierno PP-PAR liderado por Santiago Lanzuela y que ya reconocía el catalán y el aragonés como lenguas propias en su artículo 4. Rudi decidió suprimirlo en 2013 y tres años después, el Gobierno de Javier Lambán, por iniciativa de sus socios de CHA, volvió al punto de partida.

Ahora, transcurrido un cuarto de siglo, la proposición de ley de Vox considera en su exposición de motivos que la política lingüística de la DGA ha sido "errática" desde su inicio, "impuesta sin tener en cuenta la voluntad de los hablantes y la realidad del territorio y con la única voluntad de aplicar un criterio político por encima de la protección del patrimonio de las diferentes variedades dialectales existentes".