dia del medio ambiente
“La concienciación de los tribunales del medio ambiente es alta. Pero la lentitud de la Justicia es un drama”
El fiscal Antonio Mateos ha presentado su libro 'Cuarenta años de delitos contra el medio ambiente' en el Colegio de Abogados de Zaragoza coincidiendo con el Día Mundial del Medio Ambiente.
Con motivo de la celebración del Día del Medio Ambiente este miércoles, 5 de junio, el fiscal Antonio Mateos Rodríguez-Arias (Cáceres, 1963), habló en Zaragoza sobre su libro ‘Cuarenta años de delitos contra el medio ambiente’. Defiende que el nivel de concienciación de los tribunales del medio ambiente “es alta”. Aun así, reconoce que si la Justicia tarda en responder a los ciudadanos, eso es un “drama” porque “si es lenta y tardía deja de serlo”.
Invitado por el abogado zaragozano de Greenpeace, José Manuel Marraco, ofreció una charla en el Colegio de Abogados de Zaragoza. El fiscal extremeño lleva 36 años de ejercicio, los últimos 25 como fiscal jefe de la Audiencia Provincial de Badajoz, adonde regresó después de pasar por la Secretaría Técnica de la Fiscalía General del Estado en Madrid.
Antes de dar la charla en la capital aragonesa, el reputado miembro del Ministerio Fiscal ha repasado para HERALDO la trayectoria de los delitos medioambientales que se instauraron en 1983 en España y ha reconocido que “la evolución legislativa ha sido muy grande y poco tiene que ver con la original”. “La Jurisprudencia ha pasado de no tener nada a crecer mucho y tener sentencias que interpretan esta materia y la aplican”, compara la aplicación de esta normativa.
En ese sentido, el fiscal incide en que “ha habido muchas condenas” y sobre todo en terrenos como “la contaminación acústica”, pero eso "no quiere decir que el Derecho Penal esté siendo especialmente eficaz”. “Los grandes problemas ambientales siguen allí y esa lucha contra ellos tiene pocos medios”, denuncia.
Casos ecológicos de Aragón
Al revisar el pasado de esta normativa, Antonio Mateo Rodríguez-Arias recuerda con precisión un caso de Zaragoza de delito contra animales, el de unos pollos de halcón peregrino que iban a utilizarlos para la cetrería y la cinematografía. Era 1988 y cree que estos delitos “han sido los que más han cambiado”.
“Ante la carencia de normativa aplicable se le aplicó una condena de delito leve de hurto y una pena ridícula de unos cientos de pesetas. Pero lo importante fue que la Audiencia de Zaragoza dijo que ya era hora de que estos hechos fueran considerados como un delito ambiental y tuvieran otra tipificación”, incide el representante del Ministerio Fiscal. “Como todo lo que abre camino, es una sentencia emblemática”.
Evolución de la contaminación del Ebro
Al revisar otros casos como la contaminación del Ebro que ha evolucionado en los últimos años y ahora hasta los educadores y navegadores de Ebronautas defienden la limpieza del río, el fiscal concluye: “La posibilidad de que sean condenadas una persona o una persona jurídica (una empresa) ha animado a que se evite la contaminación y el esfuerzo ha merecido la pena. Pero hay que insistir en que las empresas tengan sus normativas internas para evitar estos casos de contaminación”.
Aunque el fiscal sostiene que “la concienciación de los tribunales del medio ambiente es alta”, en los primeros años de la aplicación de las reformas legales hizo que “el Supremo tenía fama de ser más duro al revisar los recursos que los tribunales de instancia”. Pasado el tiempo, ahora no cree que haya mucha diferencia en las sentencias.
A la hora de comparar sobre la iniciativa de los abogados de su época, de los años 60, en la defensa del Medio Ambiente, y los recién escudillados, el fiscal tiene claro que “los jóvenes toman la protección del medio ambiente como algo propio y los que son abogados también”. “Cuando se abrió el camino en los años 80 fue lo más difícil. Ahora ya tienen abierta esa vía y seguirán adelante con esta materia”, sostiene.
Mientras se espera conocer la sentencia del hotel ilegal de Algarrobico contra los ecologistas juzgados en Almería y que defiende el abogado zaragozano José Manuel Marraco, el fiscal reconoce que la falta de aplicar la Justicia sobre el escándalo urbanístico que condenó el Supremo “es un drama”.
“En este caso el medio ambiente se suma a la ordenación del territorio, que están íntimamente ligados, y al derecho urbanístico, que es una rama con dificultades técnicas”, incide. “La lentitud es un drama para la Justicia: si es lenta y tardía deja de serlo. Este caso del hotel es paradigmático y se debería corregir”.
