Una vía formativa que busca fomentar la participación en la vida social y desarrollar competencias para manejarse en el entorno cotidiano, permitiendo avanzar en la adquisición de conocimientos y enfrentarse nuevos desafíos. Este reto, que va más allá de una enseñanza convencional, es el principal valor añadido del programa de ‘Educación Permanente’, una modalidad educativa dirigida a un alumnado con un denominador común: tienen un 33% de discapacidad y son mayores de 21 años.

En el Centro de Formación del Edificio Josemi Monserrate de Fundación Dfa se imparte esta acción formativa en los niveles de iniciación y consolidación. El nivel I está orientado a desarrollar habilidades básicas, como aprender a leer y escribir, y adquirir conocimientos matemáticos básicos para la vida diaria. "El objetivo es que los alumnos de este curso adquieran competencias curriculares que puedan aplicar en su vida cotidiana. Cada persona tiene necesidades diferentes y nos adaptamos a ellas", explica el profesor Saúl García.

El nivel II requiere un aprendizaje adaptado a cada alumno, donde se impregnan de competencias más teóricas a la vez que refuerzan los conocimientos previos. "Este nivel sirve como preparación para adquirir conocimientos teóricos que les permitan posteriormente obtener un título de graduado y, en el futuro, acceder al mundo laboral", afirma García.

La Formación Inicial para Personas Adultas (FIPA) está reglada y subvencionada por el Departamento de Educación, Ciencia y Universidades.