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Los 141 embalses del Ebro: "Han mejorado nuestras vidas"

La presa de El Grado marca la zona cero del canal del Cinca. Es una de las más grandes que hay en la cuenca, que en 2027 dispondrá de una capacidad de almacenamiento de 9.000 hectómetros cúbicos.

Eduardo Algora en el punto cero del canal del Cinca, en el embalse de El Grado, con la central hidroeléctrica detrás.
Eduardo Algora en el punto cero del canal del Cinca, en el embalse de El Grado, con la central hidroeléctrica detrás.
Verónica Lacasa

A unos 45 km del ibón de Marboré, donde nace, el Cinca se topa con el embalse de El Grado. Los intentos de intervenir en el río se dan ya a 2.500 metros de altitud con la construcción de una presa en ese lago de alta montaña. Aunque el hormigón afea el entorno nunca se llegó a utilizar ni influye en la dinámica del río. Sí se domesticaron las aguas de otros ibones, represados hace un siglo en la cabecera para producir electricidad. La burguesía vasca y catalana la necesitaba para alimentar la industria en las grandes urbes.

Ahora mismo se construyen en la cuenca del Ebro cinco grandes obras hidráulicas, cuatro de ellas en Aragón: Almudévar y Mularroya y los recrecimientos de Santolea y Yesa. En el horizonte de 2027, del nuevo Plan Hidrológico, habrá 141 piezas de regulación (mayores de 1 hm³) con una capacidad de almacenamiento de 9.115 hectómetros, 961 más que ahora. Han quedado fuera otras 25 al excluir las que recogían planes anteriores sin financiación comprometida y con estudios de viabilidad sin actualizar.

Las presas ayudarán a modular los efectos del cambio climático, afirma Eduardo Algora, jefe de Explotación de la CHE en la provincia de Huesca. "Los embalses han mejorado nuestro nivel de vida. Permiten guardar los excedentes de años buenos, dar agua a las ciudades, el campo y la industria y evitar daños en las avenidas. En este clima mediterráneo son fundamentales. Vivimos en un país donde llueve mucho o no llueve nada", señala el ingeniero, recordando que la Ley de Aguas marca los usos prioritarios, empezando por el abastecimiento urbano.

Visitando las entrañas de la presa de El Grado, cientos de metros de túneles interiores, Algora recuerda el inicio de las obras en 1959, que se prolongaron hasta 1969. La presa vecina de Mediano, aguas arriba, se empezó en 1920, pero no se acabó hasta 1970. Esta llevó aparejada la inundación y evacuación del pueblo del mismo nombre, uno de los muchos despoblados por efecto de la construcción de los embalses. Con las aguas almacenadas en el sistema Mediano-El Grado se riegan al sur 135.000 hectáreas, "y en unos años se sumarán otras 20.000", afirma Algora.

Desde su nacimiento a la sombra de los últimos glaciares en el valle de Pineta, el río es protagonista de la fiesta de las navatas, antiguo oficio al que han dado el relevo los guías y el turismo de aventura en la zona. Presas, como la de El Grado, completan su paisaje, que culmina en las fincas de regadío de los Monegros, donde el agua ha convertido los secanos en fértiles.
Desde su nacimiento a la sombra de los últimos glaciares en el valle de Pineta, el río es protagonista de la fiesta de las navatas, antiguo oficio al que han dado el relevo los guías y el turismo de aventura en la zona. Presas, como la de El Grado, completan su paisaje, que culmina en las fincas de regadío de los Monegros, donde el agua ha convertido los secanos en fértiles.

El canal del Cinca tiene en El Grado su zona cero. Desde aquí se extiende 90 km, con acequias complementarias como Selgua, Terreu o Pertusa, para llegar a Tardienta y aportar hasta 30 m3/s al canal de Monegros gracias al Abrazo de Tardienta, una obra clave que supuso la unión del Gállego y el Cinca. "Se inauguró en 1982 y fue muy importante porque Monegros ya no solo dependían del agua almacenada en la Sotonera. Cuando vemos los aspersores desde la autopista en Candasnos, debemos saber que de cada 3 litros, 2 vienen del Cinca y 1 del Gállego", explica.

La primera cuenca se nutre sobre todo de las lluvias de octubre y noviembre. Puede pasar de 5 m3/s en Aínsa en agosto, entre el Cinca y Ara, a 2.000, cuando las DANAs impactan en Monte Perdido. "Las presas son capaces de laminar esas avenidas, como ocurrió en noviembre de 1982, cuando llegaron a bajar 4.500 m3/s. Si no tienes donde guardarlas, solo causarían daños en los pueblos ribereños y en las fincas, o en ciudades como Fraga", indica el ingeniero de la CHE.

El sistema Mediano-El Grado, junto al canal de Monegros, abastece a 113 núcleos de población, 893 explotaciones ganaderas, 10 polígonos industriales de Huesca y Zaragoza y miles de hectáreas de regadío. Sin olvidar el caudal ecológico del río, que los embalses permiten mantener en épocas de estiaje.

Algora recuerda que desde 1940, cuando se empezaron a tomar datos del Gállego y el Cinca, nunca se habían dado dos años hidrológicos seguidos tan secos como los de 2021-2022 y 2022-2023. "En octubre pasado, la previsión era muy difícil de hacer con la posibilidad de un tercero malo, pero empezó a llover en el Pirineo y Yesa, Sotonera, Mediano, El Grado y Barasona se llenaron en mes y medio". Luego la nieve tardía y el deshielo hicieron el resto, e incluso hubo que desembalsar en Semana Santa. "Este será uno de los mejores años", afirma. En la margen izquierda, porque la derecha vive una grave sequía.

Algora muestra también la central hidroeléctrica de El Grado, una de las 353 de la cuenca del Ebro, de las que Red Eléctrica Española considera 93 como estratégicas para asegurar la estabilidad del sistema nacional. En 2019 se produjeron 6.675 GWh, un 27% del total nacional. La capacidad se concentra en la margen izquierda, fundamentalmente en el Cinca-Segre y en el Bajo Ebro, con Mequinenza, Ribarroja y Flix como las centrales más productivas de la demarcación.

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