Bon Àrea destinará 30 millones este año a ampliar la producción en su complejo de Épila
A su primera planta industrial, la de frutos secos, se sumarán la de piensos para mascotas y la de envasado de líquidos. El centro logístico atiende ya a 250 tiendas
La Corporación Alimentaria Guissona destinará este año 30 millones de euros a seguir ampliando la capacidad logística y de producción de su macrocomplejo agroalimentario de Bon Àrea en Épila. El anuncio lo hizo en su reciente junta general de accionionistas, en la que se trasladó la previsión de construir a lo largo de este año la planta de fabricación de piensos para mascotas y la nave de tratamiento y envasado de leche, zumos, agua, vino y aceite.
Al mismo tiempo, continuará con el montaje de instalaciones, estructuras y maquinaria para la macronave logística, estratégica para la expansión planificada de puntos de venta por el norte y centro del país. La red de estanterías, de 150 metros de longitud y 32 alturas, están montadas y su automatización permitirá una expedición rápida de los productos. Contará con tres almacenes sectorizados por tipo de producto: frescos, congelados y secos. Para afinar su funcionamiento sin riesgos, se ha decidido empezar con los secos.
La dirección dio igualmente cuenta a sus accionistas de los 200 millones ya invertidos en Épila al cierre del pasado ejercicio, lo que implica la mitad de la inversión planificada en la plataforma. No obstante, está aún muy lejos de alcanzar su máxima capacidad, que se logrará en una década cuando estén operativos todos sus centros de producción.
De hecho, ahora trabajan en torno a un centenar de trabajadores entre la incipiente actividad en la nave logística y su primera primera planta industrial, la de procesado de frutos secos, cuyo equipamiento se acabó de montar a finales del año pasado. La prudencia guía los pasos que va dando la Corporación Alimentaria Guissona, que ha empezado por uno de la más pequeños de todas, aunque tiene nada menos que 15.000 metros cuadrados.
Para llegar a los 4.000 empleos comprometidos será fundamental la puesta en marcha de los mataderos previstos, que serán intensivos en mano de obra. Y esto aún tardará en llegar porque el cronograma de obras va ligado al ambicioso plan de expansión de puntos de venta.
La autorización ambiental concedida el pasado verano por el Instituto Aragonés de Gestión Ambiental (Inaga) el pasado verano abarca cinco plantas para producir tanto los frutos secos y las dos anunciadas para piensos de mascotas y líquidos como los siguientes que llegarán en el plan de etapas, los de elaborados cárnicos. Y aquí se incluirá el procesado de productos ya cocinados, la elaboración de embutidos frescos y curados y jamones.
El permiso dado por el Inaga engloba todas las actividades incluidas en las fases 1 y 2A de la plataforma agroalimentaria de Guissona, que se completarán en los próximos siete años.
En total, se van a edificar más de 640.000 metros cuadrados sobre la parcela urbanizada, que casi alcanza las 180 hectáreas de superficie total.
La pieza básica será el centro logístico, la mayor edificación de todas las previstas con sus 108.000 metros cuadrados y cuya primera fase de equipamientro está operativa para poder suministrar pedidos a 250 tiendas. Se trata del segundo centro logístico más grande que hay en la actualisdad en Aragón, solo superado por el que tiene Inditex en Plaza.
Servir a un millar de tiendas
El grupo catalán empezó a servir pedidos con la línea de productos secos y su pretensión es seguir con la de frescos y congelados hasta llegar a atender, cuando esté a plena capacidad, al millar de establecimientos que prevé abrir en Madrid y su área de influencia, y en el Norte y Levante español. Su importancia es estratégica, porque duplicará en capacidad al complejo desde el que opera desde hace décadas en Guissona (Lérida).
La importancia del complejo se explica por el propio esfuerzo inversor del grupo, dado que más de una cuarta parte de la cuantía total aprobada para este año, 110 millones, se concentrará en Épila. El segundo capítulo más importante se dedicará al crecimiento de su red de puntos de venta, con una inyección de 35,5 millones.
Con esta partida se van adquirir nuevos locales y se a acometerá su adecuación, lo que permitirá cumplir con el plan de apertura de 23 nuevos supermercados Bon Àrea, así como el traslado y ampliación de otros 14 establecimientos. "Esta inversión ayudará a consolidar la presencia estratégica en Cataluña y Aragón, y a fortalecer la actividad en regiones del norte, como Navarra y La Rioja", indicó la compañía.
Ante los accionistas, el presidente de Bon Àrea Corporación, Jaume Alsina, destacó el "fuerte esfuerzo inversor" para reforzar el modelo de negocio integrado dentro del ámbito rural. Al mismo tiempo, su hijo y consejero delegado, Ramon Alsina, aludió a la "cifra récord" alcanzada en el último lustro, 600 millones, y a la vocación de seguir consolidando la apuesta por el crecimiento de las áreas estratégicas y la ampliación de la red de establecimientos y de odos los procesos productivos de la compañía, "así como apostando por la innovación y la sostenibilidad".
Un consumo equiparable a Stellantis
La plataforma agroalimentaria de Bon Àrea en Épila consumirá tanta energía como la planta de Stellantis, lo que obliga a planificar la infraestructura necesaria. La DGA ya ha concedido la autorización administrativa previa y de construcción de la subestación eléctrica prevista para cubrir las necesidades de suministro al complejo, que ahora dispone de suministro desde las instalaciones del vecino polígono industrial El Sabinar.
Su puesta en marcha se incluyó en el Plan de Interés General de Aragón (PIGA) y consiste en una nueva extensión de la red de distribución, valorada en 906.730 euros. El plazo de ejecución se ha fijado en 18 meses.