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Besos con poderes curativos: "Mi hijo tuvo leucemia hace 28 años y desde entonces no soy el mismo"

Con motivo del Día del Niño Hospitalizado, profesionales y asociaciones han dedicado un rato este lunes a cantar y animar a los pequeños y sus familiares.

El coro del colegio Montessori de Zaragoza ha cantado a las puertas del Servet con motivo del Día del Niño Hospitalizado
El coro del colegio Montessori de Zaragoza ha cantado a las puertas del Servet con motivo del Día del Niño Hospitalizado
Guillermo Mestre

En un día cualquiera, en el Hospital Infantil Miguel Servet de Zaragoza hay ingresados un centenar de niños, de ellos casi 70 en las áreas de cirugía pediátrica y uci y el resto en las unidades de neonatología. Algunos de los que están librando batallas contra la enfermedad cargan con goteros que son más grandes que ellos. Otros, han pasado más tiempo entre las paredes del centro que en su propia casa. Para estos valientes este lunes ha sido diferente. La celebración del Día del Niño Hospitalizado ha sido la excusa perfecta para cantar, bailar y lanzar muchos besos, tanto a las puertas del Servet como del Clínico, y en otros 180 centros hospitalarios españoles.

Profesionales sanitarios que les cuidan y miman y voluntarios de al menos nueve entidades se han reunido a las puertas del Servet al mediodía. El Parlamento Europeo aprobó el 15 de mayo de 1986 la Carta sobre los Derechos del Niño Hospitalizado. “Tenemos que ser capaces de una asistencia de máxima calidad para que la hospitalización sea estrictamente la necesaria, colaborando con atención primaria para que los cuidados que sea posible se puedan hacer desde el domicilio”, ha defendido Mercedes Ruiz de Temiño, subdirectora médica del Infantil. Ha destacado el papel que juegan los voluntarios de asociaciones que contribuyen con su acompañamiento a que se sientan en la medida de lo posible casi como en su casa. Y ha recordado que el personal sanitario está comprometido con “la humanización de los hospitales”.

Han querido rendir homenaje a todos los niños ingresados, a sus familias, a los profesionales dela salud que les curan y cuidan y a los voluntarios que les acompañan cada día para que la estancia en el hospital sea más agradable
Han querido rendir homenaje a todos los niños ingresados, a sus familias, a los profesionales dela salud que les curan y cuidan y a los voluntarios que les acompañan cada día para que la estancia en el hospital sea más agradable

"Es una de las experiencias más enriquecedoras"

Rogelio Esteban es uno de los voluntarios de la asociación de padres de niños con cáncer Aspanoa. Durante 21 años se ha acercado todos los martes al servicio de oncología para hablar, contar su experiencia y escuchar a los padres que tienen a sus hijos ingresados, además de “echarles una mano” en todo lo que podía. Sabe por lo que pasan y cómo se sienten.

A su hijo Jaime le diagnosticaron leucemia con 5 años. Hoy tiene 33 y “lleva una vida como cualquier joven de su edad, juego al rugby, al balonmano y es fisioterapeuta”. Tiene grabadas a fuego las fechas de su estancia en el Servet, del 4 de noviembre de 1996 al 4 de junio de 1997. Siete meses a los que siguieron los “temores” y las revisiones hasta los 18 años.

Cuando el psicólogo de Aspanoa le propuso ser voluntario no se veía capaz, pero se ha convertido “en una de las experiencias más enriquecedoras que he vivido”. Y eso que hay días en los que salía del hospital “muy tocado, porque, no nos engañemos, a veces los niños evolucionan bien y es una inmensa alegría, pero otras no y también te vienes abajo”. Desde la pandemia ha dejado de acudir al Servet, ya que por su edad, 71 años, cree que su papel lo pueden hacer mejor personas más jóvenes con edades cercanas a las de los progenitores que pasan pro este trance tan duro. No obstante, cuando Aspanoa lo llama, como ha ocurrido este lunes, acude, sea el partido de fútbol con los veteranos del Real Zaragoza o un rastrillo en Albarracín.

La banda sonora de este aliento para los más pequeños hospitalizados la ha puesto el coro del colegio Montessori de Zaragoza, integrado por 45 niños de 3º a 6º de primaria. Han cantado ‘Un beso redondo’, tema compuesto por Conchita, que seguro se ha escuchado en las habitaciones infantiles a las que también, como por arte de magia, han llegado las decenas de besos lanzados por las personas que han asistido a este acto de concienciación. Durante la mañana se les han entregado juguetes, para que se aíslen un poco de su enfermedad y tengan un motivo más para sonreír.

Aspanoa, Cruz Roja, Fundación Canfranc, Ymca, Cruz Roja, Caixabank, Asociación Española contra el Cáncer, Mamás en Acción y la Fundación Infantil Ronald MacDonald son algunas de las organizaciones que han asistido. Hasta la empresa que gestiona la cafetería del Infantil, Mediterránea, se ha sumado. Juani Luna llevaba la cara pintada y Ana Ruiz y Lorena Sánchez, ambas camareras, se han transformado por unas horas en dos sonrientes hadas madrinas que se han dedicado a repartir juguetes (las chuches eran para los padres), y haciendo lo posible para que los deseos de todos estos valientes pacientes se cumplan.

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