Profesor de secundaria sobre la IA: “Los algoritmos no pueden decidir solos lo que debemos saber o no”

Fernando Salas es un profesor de Aplicaciones Ofimáticas en el IES Bajo Aragón de Alcañiz y utiliza la Inteligencia Artificial en sus clases de manera habitual.

El profesor de secundaria del IES Bajo Aragón de Alcañiz, Fernando Salas.
El profesor de secundaria del IES Bajo Aragón de Alcañiz, Fernando Salas.
F.S.

La Inteligencia Artificial (IA) es una realidad desde hace ya varios años en el ámbito de la educación. Los docentes y maestros aragoneses la están incorporando a sus clases de manera progresiva y utilizan los apoyos que les brinda esta nueva tecnología para enriquecer los materiales didácticos que utilizan y hacer así sus contenidos más atractivos para el alumnado.

“La forma de dar las clases ha cambiado de manera progresiva en los últimos dos o tres años”, afirma Fernando Salas. Este oscense de 48 años lleva gran parte de su trayectoria docente como profesor de Aplicaciones Ofimáticas en el Instituto de Educación Secundaria Bajo Aragón de Alcañiz y ha sido testigo de la evolución de esta tecnología y de su progresiva implantación en el aula. 

“Primero fue con el ChatGPT del que los profesores hacíamos un uso reactivo, es decir, reaccionábamos a él para detectar plagios de los trabajos presentados por los alumnos que hubiesen podido hacer mediante Inteligencia Artificial”, explica. “Nos dimos cuenta de que usaban este tipo de herramientas y que sus trabajos estaban hechos con muy poco desempeño por su parte”, señala Salas.

Material de gran calidad en poco tiempo

Sin embargo, ahora “el uso que hacemos los docentes de la IA es mucho más formativo. Estas herramientas se han implementado en todas las aplicaciones ofimáticas y nadie está exento de necesitar usarla en un momento dado porque todas las aplicaciones con las que damos nuestras clases nos vienen ya con herramientas de IA”, asegura el docente. “Los profesores tenemos que aprovechar sus potencialidades porque sus posibilidades son tremendas para poder generar audios, esquemas, vídeos, grafismos o avatares”, indica. 

"Tenemos que aprovechar sus potencialidades porque sus posibilidades son tremendas".

Así, “podemos crear hojas de cálculo con analíticas predictivas, podemos preparar una unidad didáctica con imágenes hechas por IA sobre determinados temas como puede ser el universo, por ejemplo, crear avatares que expliquen de manera interactiva determinadas cuestiones a los alumnos, utilizar asistentes de redacción de texto y voz y de traducción con los que podemos tener acceso a material didáctico en cualquier idioma”, enumera Salas. “Antes, preparar todos esos apoyos didácticos nos hubiera llevado mucho tiempo y ahora lo hacemos muy rápido y de muy buena calidad”, confiesa.

Cambios en la forma de trabajar

De hecho la IA ha cambiado incluso el modo de trabajar dentro de clase, “la utilizamos también con los alumnos para realizar trabajos colaborativos en el aula o estando en distintas aulas, por lo que las agrupaciones han dejado de ser físicas a virtuales y se pueden comunicar online y trabajar al mismo tiempo en un mismo documento”, añade. 

“Los alumnos también la utilizan para crear avatares con los que elaborar una presentación. Gracias a ellos pueden crear un personaje de cero y generar todo por IA. El reto está en afinar que toda esa información y elaboración, que es virtual, consiga ser rica y solvente”, matiza el profesor. Para ello, “falta todavía más entrenamiento y pruebas para conseguir que esos trabajos sean realmente de calidad. Son herramientas muy inmersivas y dan una gran sensación de humanidad pero hay límites y tenemos que ser muy críticos para que el producto resultante sea bueno”, asevera.

"Hay límites y tenemos que ser muy críticos para que el producto resultante sea bueno".

En este sentido cree que “lo que tenemos que hacer es afinar para que esos contenidos sean buenos y acertados. Pero advierte, aunque utilizamos la IA para hacer parte de nuestros contenidos didácticos, su uso es muy prudente en el aula para evitar problemas de privacidad. Se trata casi siempre de ayudas y apoyos didácticos en determinados temas aunque progresivamente se va a ir utilizando más”, aventura Salas. “La avanzadilla del uso de estas herramientas en el aula somos los docentes que trabajamos todo el tiempo con ordenadores como es mi caso”, añade.

Para él, “el desafío está en reivindicar nuestra autonomía como docentes en cuanto al contenido que damos y lo que queremos conseguir con esos materiales, por lo que su uso debe tener supervisión humana”, continua. “Todo tiene sesgos y errores y hay que comprobar todo lo que hace la IA. No pueden decidir solo los algoritmos lo que debemos saber o no y ahí, los docentes, desde el punto de vista humano, somos quienes tenemos que ponderar y dar la importancia a lo que verdaderamente la tiene”, concluye.

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