LA DEMOGRAFÍA EN ARAGÓN
Teruel invierte su tendencia y gana población tras una década de sangría
Aragón gana 10.100 habitantes y encadena tres años con datos positivos. Un tercio de los municipios consigue aumentar su padrón en el último ejercicio.
Teruel ha logrado finalmente invertir su tendencia y gana población tras padecer una auténtica sangría demográfica en la última década. Los datos definitivos del padrón que acaba de publicar el Instituto Nacional de Estadística constatan que a 1 de enero de 2020 había 39 habitantes más en la provincia, un dato que puede parecer nimio pero que supone todo un avance teniendo en cuenta que durante siete de los últimos diez años perdía entre 990 y 1.995 vecinos cada ejercicio.
Su recuperación le permite sumarse a Huesca y Zaragoza, que llevan ganando vecinos dos y cuatro años, respectivamente, de modo que Aragón empezó el año pasado con 10.100 personas más censadas y contabiliza un total de 1.329.391. Esta capacidad de atracción la sitúa como la segunda autonomía de la España vaciada que más crece, tanto en términos absolutos como relativos, tras situarse a la cabeza el año precedente. De esta manera, encadena tres ejercicios con números positivos que la crisis sanitaria, económica y social provocada por el coronavirus truncará a buen seguro cuando el próximo otoño se conozcan los datos provisionales a 1 de enero de 2021.
Si se desciende al detalle por municipios, el balance refleja que más de un tercio de las localidades aragonesas, 259 de los 731, obtienen un saldo positivo y han atraído más habitantes de los que han emigrado y fallecido. Zaragoza es la provincia que cuenta con un mayor número (96) seguida por las provincias de Huesca (82) y Teruel (81).
El comisionado aragonés para la Lucha contra la Despoblación, Javier Allué, considera que estos datos constatan la "apuesta por el medio rural" mediante la mejora de los servicios y la atracción de empresas estratégicas. "Aquí no hay varitas mágicas, el Gobierno de Lambán lleva cinco años de lucha contra la despoblación y estos datos nos animan a seguir trabajando para extender la positiva evolución al resto de municipios"», apunta a este diario.
La principal novedad de la última revisión corresponde a Teruel, que en 2017 empezó a frenar paulatinamente la caída, de -1.955 se pasó a -435, hasta lograr darle la vuelta a principios del año pasado. Hasta 81 municipios tienen más vecinos, aunque la ganancia sea en todos los casos testimonial. Solo la capital llega a contabilizar 350 habitantes más en el último ejercicio.
A la espera de proyectos
El contrapunto lo ponen las cuencas mineras, castigadas por el fin del carbón y el cierre de la central térmica de Andorra el pasado verano. Aunque la crudeza de sus efectos aún está por llegar a la espera de los proyectos comprometidos, este municipio, Ariño y Escucha siguen reduciendo su padrón: 188 de los 9.048 vecinos que contabilizaban en 2018. En cambio, Utrillas se ha librado y gana 28, superando la barrera de los 3.000.
Por contra, el impulso que vive el sector porcino en la zona oriental de Huesca está detrás del crecimiento sustancial de localidades como Fraga (320 nuevos habitantes) y Binéfar (181), aunque también los hay que suben sin haber un proyecto industrial detrás, caso de Campo (pasa de 278 a 436 en un solo año como consecuencia de una regularización del padrón y a la atracción del negocio de las aguas bravas y la nieve).
Mientras, la capital aragonesa y su cinturón metropolitano siguen siendo el gran polo de atracción. Solo Zaragoza crece en 6.880 residentes empadronados; Cadrete lo hace en 203; Cuarte de Huerva, en 147 y La Muela, en 110, por poner solo tres ejemplos. Por contra, Épila pierde 31 vecinos a la espera de que la atracción del complejo agroalimentario de Bon Àrea, que abrirá dentro de un año, logre fijar a una parte de los 4.000 trabajadores comprometidos para cuando esté a pleno rendimiento en una década.
