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Judit Montoriol: "La tecnología ofrece incontables oportunidades"

La economista de la Unidad de Análisis sectorial de la Dirección de Estudios de Caixa Bank detalla las claves del éxito del sector y sus retos.

Judit Montorial.
Caixabank

¿Los buenos indicadores mostrados durante el confinamiento se mantienen en estos últimos meses?

Ciertamente, el sector agroalimentario está mostrando un comportamiento muy favorable desde que llegó la pandemia y es de esperar que siga mostrando un buen desempeño en los próximos meses ante las nuevas medidas que han tenido que adoptarse para frenar el avance del virus. En efecto, la pandemia ha puesto de manifiesto su capacidad de adaptación y flexibilidad para seguir abasteciendo de alimentos a la población en unas circunstancias verdaderamente excepcionales.

¿Y no están estos buenos datos enmascarando los dificultades que soportan algunos de sus subsectores?

Es cierto que aquellos productos que suelen destinarse al canal Horeca y que suelen consumirse menos frecuentemente en el hogar se están viendo con importantes dificultades para encontrar un mercado alternativo. Entre los más afectados se encuentran ciertas carnes de ovino y caprino, la leche de cabra y oveja, el pescado fresco, mariscos o el vino, entre otros.

¿Cuál es el reto para que este crecimiento no sea un espejismo?

El sector agroalimentario aporta un gran valor a la economía española, con una contribución de casi el 6% del PIB, que se eleva hasta el 11% si se incluyen todas las actividades de la cadena alimentaria. Además, destaca por su elevado potencial exportador, lo que le ofrece una vía de crecimiento muy importante. Cabe recordar que el buen posicionamiento en los mercados internacionales es fruto del esfuerzo de internacionalización de los últimos años y refleja el elevado nivel de competitividad del sector respecto a otros países productores. En este sentido, el sector debe apostar para seguir mejorando su competitividad.

¿Cómo le afectará el brexit o la llegada de Joe Biden a la presidencia de EE. UU.?

Un sector tan abierto al exterior como el agroalimentario se ve afectado ineludiblemente por la evolución de las tensiones comerciales internacionales. Resulta evidente que la elevada incertidumbre sobre las reglas que regirán las relaciones comerciales entre el Reino Unido y la UE a partir de enero genera cierta inquietud en el sector. Pero es previsible que en el corto plazo el Reino Unido siga teniendo necesidad de importar bienes agroalimentarios procedentes de España para satisfacer la demanda interna. A medio plazo, no obstante, la evolución de estas exportaciones dependerá en gran medida de si se adoptan aranceles o se imponen otras barreras al libre comercio. Por su parte, la victoria de Biden puede suponer un cambio de rumbo en la política exterior norteamericana, pero, a corto plazo, es difícil que se produzcan cambios en las políticas arancelarias entre ambas regiones. Pero si EE. UU. se acerca a Europa como un posible aliado en su conflicto con China, una manera de acercamiento sería mediante la rebaja de aranceles.

¿El consumidor recordará el papel esencial de este sector en la pandemia o los mercados tienen la memoria muy corta?

Los consumidores son bien conscientes de este hito y si bien es difícil pronosticar si esta contribución perdurará en la memoria de los consumidores, lo que sí podemos observar es una importante aceleración en el cambio que se estaba produciendo en las preferencias de los consumidores, por ejemplo, en lo que respeta a las exigencias sobre la transparencia y la trazabilidad de los productos agroalimentarios que consumimos. En este sentido, la adopción de las nuevas tecnologías digitales ofrece incontables oportunidades al sector para dar respuesta a esta nueva demanda.