Aragón

sector primario

De Teruel a Camerún, siempre pendiente del bienestar animal

Carlos Soriano, es veterinario de campo, trabajo que desarrolla en una empresa de Calamocha.

Carlos Soriano trabaja en Coteve.
C.S.

Carlos Soriano nació hace 25 años en Torres de Albarracín y, aunque se crió en la capital turolense, siempre tuvo claro que profesionalmente quería dedicarse a algo que tuviera relación con el medio rural.

Con 18 años se matriculó en la Facultad de Veterinaria porque quería dedicarse "al campo de la ganadería en extensivo, que sigue métodos de producción más naturales, guiados por la tradición y que resultan más sostenibles y respetuosos con el medioambiente que nos rodea", indica.

Una idea original que se vio afianzada cuando Carlos entró a colaborar en el Servicio Clínico de Rumiantes (Scrum) donde realizó prácticas y comenzó a tener un contacto directo con este tipo de animales. "Fue una gran experiencia, buenísima, tanto a nivel de compañeros, como de profesores y del trabajo que realizábamos. Teníamos una gran actividad y aprendí mucho, no solo a trabajar en equipo, también a seguir un método de trabajo muy serio y a preparar charlas que me han servido mucho para mi trabajo actual", explica Carlos, quien nada más acabar sus estudios, en 2018 comenzó a trabajar en la empresa Coteve, un centro veterinario que tiene su sede en Calamocha y que se dedica al asesoramiento ganadero. 

"La mayor parte del tiempo todo lo que hago está relacionado con el sector ovino, y mis labores se centran en la identificación animal, las patologías, la gestión de explotaciones y temas burocráticos, que cada vez son más numerosos. Además, hago un poco de vacuno y, en verano, cuando disminuyen las tareas del campo, me centro en pequeños animales. Nuestra empresa ofrece servicios muy variados que también incluyen la preparación de cursos y charlas de formación y, gracias a mi experiencia en el Scrum, puedo contribuir a su elaboración sin ningún problema", explica.

A pesar de su juventud, Carlos ha tenido la oportunidad de conocer la realidad del mundo veterinario en Camerún, un rincón del mundo totalmente diferente al lugar donde vive y trabaja. "Es una oportunidad que me surgió mientras estaba estudiando y fue muy enriquecedora. Estuve cinco meses formando a jóvenes del mundo en agricultura y ganadería y era el encargado de realizar las funciones veterinarias en el centro donde estaba", recuerda.

Una experiencia inolvidable que fue posible gracias a sus estudios veterinarios. "A fecha de hoy puedo decir que mis expectativas laborales se han cumplido, porque con mi trabajo puedo ayudar en el medio rural. La veterinaria es esencial porque se ha demostrado que la mayoría de enfermedades del hombre las producen los animales, y el método para frenar esa primera barrera viene de la mano de los veterinarios. Además, la ganadería es clave para fijar población en el medio rural y nosotros contribuimos a ello", afirma.