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¿Los Reyes Magos siguieron una estrella u otro cuerpo luminoso?

La tradición cuenta que una estrella guió a los Reyes Magos hasta Belén, donde nació Jesús. Varios estudios señalan que pudo ser una nova, un cometa o una conjunción de varios planetas.

Una estrella fugaz cruza el cielo nocturno.
Una estrella fugaz cruza el cielo nocturno.
Efe

Los Reyes Magos saben cómo se ha portado cada persona que habita este planeta, sin embargo, para encontrar al Niño Jesús necesitaron ayuda. La tradición cuenta que siguieron una estrella, indicación gracias a la que llegaron al pesebre.

La primera referencia sobre esta estrella es en el Evangelio de San Mateo, cuando el apóstol relata que estaban buscando la cuna de Jesús. El evangelista puso en boca de sus majestades: "Vimos su estrella en el Oriente y hemos venido a adorarle". En el Evangelio de San Lucas, el otro que habla sobre el nacimiento de Jesús, no se menciona ni a los Reyes Magos ni a la estrella.

"Vimos su estrella en el Oriente
y hemos venido a adorarle"

"A lo largo de los años se han realizado multitud de estudios sobre este hecho", señala Carlos Garcés, vicepresidente de la Agrupación Astronómica de Huesca. Variedad de opiniones han alumbrado a la estrella, dividiendo la historia entre un relato teológico o científico.

Desde este último campo, la estrella de Belén se puede entender de tres formas diferentes. La primera posibilidad la ofrece el pintor Giotto: pudo ser un cometa. Este astro está formado generalmente por un núcleo poco denso y una atmósfera luminosa que lo envuelve, tal y como lo define la RAE. Precisamente eso es lo que se distingue en una de las esquinas de 'La Adoración de los Reyes Magos', una pintura al fresco que data de principios del siglo XIV y que se encuentra en la capilla de los Scrovegni, en Padua. "La realización de la pintura coincidió con una aparición del cometa Halley", hecho que puede llevar a pensar que Giotto lo utilizó como inspiración.

Otra opción es que el cuerpo luminoso que siguieron sus majestades fuera una nova. "Podría ser una estrella que no se veía y que de repente se convirtió en visible", explica este miembro de la agrupación oscense. Este fenómeno se ha repetido en más ocasiones a lo largo de la historia.

La última carta de la baraja la jugó Johannes Kepler, un astrónomo nacido en el siglo XVI. "Apuntó que pudo ser una conjunción de Júpiter y Saturno. Concretamente en la constelación de Piscis", documenta Carlos Garcés. Este fue el supuesto que más se valoró durante la Edad Media. "A finales de este año se producirá un hecho similar, que será el primero del siglo XXI", anuncia el vicepresidente de la agrupación.

Observar el cielo hace 2020 años

Melchor, Gaspar y Baltasar, cuando fueron a conocer a Jesús, ya podían estudiar el cielo. "Entonces ya se predecían eclipses. De hecho, se conocen algunos hace más de 3.000 años. El estudio del cielo es muy antiguo", argumenta Garcés.

Los Reyes Magos no siempre pertenecieron a la realeza. "San Mateo se refiere a los magos como si fuera una especie de sacerdocio", añaden desde la agrupación. Con el paso del tiempo estas figuras evolucionaron y se convirtieron en reyes. Se ha debatido sobre el color de la piel de estos personajes y también sobre cuántos eran. "Hay relatos que apuntan que eran cuatro o, incluso, doce. Pero se redujo a tres al concretar que portaban oro, incienso y mirra", concluye Garcés.

Ahora en las alforjas de los camellos traen regalos o carbón, según el comportamiento, y aciertan en su destino como lo hicieron hace 2020 años. El tiempo durante el que todavía no se ha discernido si se trató de una cometa, una nova o de la conjunción de Júpiter y Saturno.

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