Crisis en podemos
Podemos quiere demorar a otoño el debate sobre su crisis para evitar la fractura
Escartín se queda solo en su pulso a Iglesias y Echenique para adelantar Vistalegre III. División entre los dirigentes aragoneses sobre las medidas contra los que apoyaron a ZEC.
La mayoría de los dirigentes de Podemos en Aragón aboga por demorar el debate sobre la grave crisis de la formación generada por el descalabro electoral hasta finales de septiembre o después de las fiestas del Pilar para evitar una fractura interna de complicada solución. Todos dan por hecho que habrá tensiones y crispación, pero consideran imprescindible «un periodo de reflexión para analizar las posibles salidas».
En el pulso contra los responsables estatales de la formación morada, Pablo Iglesias y Pablo Echenique, se ha quedado prácticamente solo el secretario general de Podemos-Aragón, Nacho Escartín, tanto en la Comunidad como en el conjunto del Estado, ya que hasta la líder en Andalucía, Teresa Rodríguez, ha reclamado «un tiempo de reflexión» y se ha desmarcado de los que piden dimisiones y el adelanto de Vistalegre III para cambiar a toda la dirección.
En el propio entorno de Escartín reconocen que "las responsabilidades por los malos resultados son colectivas, por lo que ahora es momento de buscar la cohesión y no de romper. No es el momento de pedir cabezas". En este sentido, admiten que "Unidas Podemos sacó casi cuatro puntos más que sumando Podemos más IU en las autonómicas y que se han perdido unos doce puntos respecto a 2015, con Pablo Echenique como cabeza de lista y líder del partido en Aragón". Echenique declinó ayer hacer valoraciones sobre el 26-M y la crisis del partido en la Comunidad.
Asimismo, la dirección nacional de la formación morada quita hierro a estas pugnas y asegura que el sábado en el consejo nacional de Podemos "habrá análisis y autocrítica, tanto a nivel estatal como territorial".
Donde sí hay serias discrepancias es sobre las medidas a tomar ante el sector crítico de Podemos-Aragón, sobre todo de Zaragoza, que participaron activamente en la candidatura y en la campaña a favor de ZEC y en contra de la formación morada, como Pilar Vaquero, Esther Moreno o Román Sierra, y diputadas a las Cortes como a Erika Sanz o Itxaso Cabrera. Este sector ha pedido la dimisión de Nacho Escartín, al que culpa de los malos resultados autonómicos y municipales, pese a que Podemos ha caído en Aragón y en Zaragoza más que en el resto del país lastrado por una gestión cuestionable de ZEC y de Pedro Santisteve en el Ayuntamiento de la capital, donde llegó a expulsar a la oposición de las sociedades municipales, y las maniobras del grupo de IU que lidera Alberto Cubero en las confluencias.
En este contexto, la dirección nacional y la autonómica -tanto Escartín como Maru Díaz, Andoni Corrales o Marta de Santos-, no son partidarias de adoptar ahora medidas contra este sector y están en la línea de tender puentes "con vistas al futuro y a una reformulación del partido y de las confluencias". Mientras, dirigentes zaragozanos, como Iván Andrés, Guillermo Lázaro o Pedro Arrojo, entre otros, e incluso Violeta Barba, que el lunes renunció a su acta de concejal pero seguirá en la dirección de Podemos-Aragón, consideran imprescindible adoptar sanciones inmediatas y pedir incluso la dimisión de los que ocupan cargos públicos y orgánicos.
La situación es especialmente complicada en el grupo parlamentario de las Cortes donde Maru Díaz, Nacho Escartín y Marta Prades tendrán como compañeras de escaño a las críticas Erika Sanz e Itxaso Cabrera, con las que las relaciones son más que tensas tras haber dado su apoyo a Santisteve y a ZEC y cuestionado a Escartín y a Violeta Barba. Ambas apenas participaron en los actos de campaña de la formación morada pese a que Sanz era la número uno por Huesca y Cabrera la tres por Zaragoza.