Aragón

aragón y el mercado asiático

"Somos más parecidos de lo que pensamos"

De los más de 7.000 asiáticos que residen en la Comunidad, casi la mitad proceden de China. 

Fang Pan (arriba) y Chin Chin (abajo) son dos de los más de 4.000 chinos que residen en Aragón
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Cambiar de país y adaptarse a una nueva cultura no es fácil. Y no solo por el idioma: las costumbres y tradiciones locales, la gastronomía, los horarios e incluso las relaciones sociales pueden suponer todo un reto para aquellas personas que abandonan su país natal, ya sea por circunstancias personales o laborales. Los que llegan a Aragón, además, tienen que aprender a convivir con el cierzo.

Este viento seco y frío tan característico de la capital aragonesa es lo que peor lleva Chin Chin, a pesar de llevar más de 20 años residiendo en Zaragoza. Ella es una de los más de 4.000 chinos que residen en Aragón y, junto a su familia, está al frente del restaurante Cielo Dragón, todo un emblema de la comida asiática en la ciudad. "Hacemos comida casera y con sabor chino de verdad, el mismo olor, el mismo sabor... el arroz y los raviolis chinos, por ejemplo, están entre los platos que más gustan", relata.

Chin procede de una localidad en la provincia de Zhejiang, situada al este del gran país asiático. "La mayoría de los que vivimos en Aragón somos de esa región", apunta. Aunque había vivido en otros países de Europa, Italia entre ellos, el sol y la amabilidad de la gente son las virtudes que más destaca de su vida aquí. "La gente expresa muy bien sus sentimientos, es muy sincera y también muy cariñosa. Siempre me he sentido acogida", añade.

Chin Chin: "Lo que más me gusta de Aragón es la sinceridad de la gente, aquí son muy cariñosos"

Chin confiesa no mantener muchas tradiciones de su país natal, pero en las fechas importantes, como el Año Nuevo Chino, «siempre preparamos una cena especial, también con los trabajadores, y lo celebramos todos juntos».

Intercambio de cultura

Fang Pan es del norte de China y llegó a Zaragoza hace 10 años, donde trabaja como profesora de la sección de lengua china en el Centro de Lenguas Modernas de la Universidad de Zaragoza: "Me instalé aquí porque es una ciudad acogedora y donde se puede tener una buena calidad de vida. Lo que más me llamó la atención al llegar fue su patrimonio histórico y el carácter amable de la gente".

De su lugar natal considera que se podría importar "el respeto a los mayores y el espíritu de sacrificio", además del sistema de pago automático, "que es uno de los más avanzados del mundo y posibilita no tener que utilizar dinero en metálico". "A China exportaría el sistema social que tenéis, sanidad y asistencia social sobre todo, el carácter abierto de las personas o la costumbre de ir a comer tapas", añade.

Fang Pang: "Aquí sois más expresivos y en China más tranquilos; pero somos más parecidos de lo que pensamos"

Ante los mitos y estereotipos que todavía existen acerca de la comunidad China, Fang recalca que se trata de un país muy grande y heterogéneo, "por lo que toda generalización conlleva a errores. A veces me preguntan si algún receta es comida china, a lo que siempre contesto que no lo sé, porque es como si le pregunto a un español si cualquier plato de otro país es comida europea, –explica–. Yo nunca había comido rollitos de primavera hasta que vine aquí ya que son típicos de una provincia en concreto, aunque aquí se piense que se come en todo el país. Además, la sociedad española tiene referencias de aspectos concretos de hace 30 años, que ya no se dan o no existen en nuestra sociedad". "Veo que cada vez más chinos visitan España, por lo que me gustaría animar a los españoles a que visiten China y configuren su propia imagen de nuestro país", concluye.

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