Manchones trae de vuelta las sonrisas del ayer
Después de una legislatura difícil, el municipio refuerza su cohesión social con la asociación El Cantón y la recuperación de antiguas tradiciones desde la óptica de una nueva generación.
En el bar de La Plaza faena Juan Carlos Martos, venido de Madrid hace dos años para llevar el negocio y plenamente hecho a la vida de Manchones; es un día animado en el pueblo, festivo con afluencia masiva de hijos del pueblo. Ocurre cada fin de semana, cada puente y, por supuesto, en verano. En las mesas del bar se reúnen José Manuel Arroyo, constructor, y Susana Soler, administrativa; ambos representan a la Asociación el Cantón, creada hace un año. Junto a ellos, Francisco Valdearcos, natural del vecino Murero que se casó con una manchonera, y Cristina Valdearcos, hija de Francisco e ideóloga del proyecto Dogs4Working junto a la pareja formada por Miquel Soteras y Eva Miñano. Juan Marcos García, pareja de Cristina, les ayuda en la tramitación de la empresa, que quiere ahondar en la utilidad de los perros para tareas como la defensa de mujeres maltratadas, el apoyo psicomotriz de ancianos y el apoyo a miembros de familias desestructuradas. Afuera esperan a la foto Marisela Terán, con su perrita Golfa, y Eva con Duma dels Chatus de la Noia; Cristina llevará luego a Dante de la Muga y Ares.
Juan Carlos asiste sonriente a la conversación. "Yo estaba agobiado en Madrid, y vi en internet la oportunidad de este bar; había otras opciones, otros pueblos, pero algo vi en éste: llamé, me aceptaron y ha sido una suerte, nos han tratado de maravilla a mí y a mi familia. Aquí cuidamos los almuerzos y las raciones, por la noche del fin de semana es más pub... hay vida".
Francisco está ilusionado con el empeño rescatador de El Cantón. "Se echa de menos la vida de antes, ahora es todo vivencia eventual aquí; llegó a haber 900 personas a finales de los años 60, tres escuelas, médico entre chiquillos y jóvenes estaríamos más de 100. Recuerdo muchos juegos tradicionales; en la carga de peso estaba el tío Isidro, que levantaba el doble de su peso, o el tiro de barra, las tabas, hasta con un montón de barro nos entreteníamos estos chicos quieren traer todo eso otra vez, y yo encantado, ayudaré en todo lo que pueda".
Una tradición muy curiosa que acabó perdiéndose es la de los soldados romanos en Semana Santa. "Unos cuantos se vestían y hacían guardia en la iglesia, legaban a dormir dos noches en la sacristía", recuerda Francisco. La asociación está recuperando también esos trajes, y se preocupa de otros pequeños detalles, como un calendario con la torre de la iglesia de San Pablo rellena con fotos de todos los manchoneros.
El retablo de la Conversión de San Pablo se ha restaurado este año. También se han recuperado dos pasos, que se conservan en la parroquia: el del Huerto y el del Cristo de la Cama, que está tumbado y se saca en el Viacrucis el del Viernes Santo. Es una talla gótica del siglo XVI y tiene la particularidad de ser articulado. "Tiene bisagras en las axilas; aquí se dramatizaba la pasión y se hacía el abajamiento del cristo en la representación que tenía lugar en la iglesia", comentan los congregados, que también elogian a Sergio, el cura del pueblo. "Tiene detalles tremendos, conoce a todos los chavales por su nombre; hace dos años hicimos un taller de flores de gomaeva para la carroza de las majas, le regalamos una y se la ponía todos los días que venía a Manchones". El grupo sigue conversando con la sonrisa en la boca, sabedores de que, efectivamente, la imagen se repetirá.
En datos
Comarca: Campo de Daroca
Población: 99
Distancia a Zaragoza, su capital de provincia: 92 km
Los imprescindibles
Pilar Saúco
El priorato de las fiestas de San Vicente y La Conversión de San Pablo (el retablo, en la foto) suele ser un honor a sorteo, pero el año pasado fue voluntaria Pilar Saúco, madre de José Manuel, que llevó el honor con gallardía.
Valdeager
Hay un poblado celtíbero en el que no se ha realizado ninguna excavación de tipo arqueológica. La zona estaba habitada por los Belos y por los Titos, pueblos con fama de belicosos que fueron aliados de los romanos.
El Horno
Rehabilitado por el albañil del pueblo Santiago Valdearcos, este espacio lo puede alquilar cualquier persona del pueblo con una simple fianza. Ahí se hacen igualmente talleres municipales y otras actividades culturales.