Aragón

Gallocanta: grullas en la laguna, del Pilar a la Cincomarzada

Gallocanta saluda este año a sus queridas grullas después del fiasco climático de 2017, que las alejó del lugar; el albergue y restaurante Allucant es el epicentro hostelero del municipio.

Dos grullas vuelan en perfecta armonía sobre la laguna de Gallocanta.
Laura Uranga

Gallocanta no tiene tiendas, hay tres casas rurales (La Buhardilla y La Laguna, que están juntas, y Las Tres Chimeneas), y el sector primario sigue activo (aunque limitado); se acomete ahora la concentración parcelaria implantada en casi toda la contornada de la laguna. Las expectativas laborales y las esperanzas de que alguna empresa potente se instale allá para fijar población son escasas. No obstante, el municipio tiene una gran riqueza en ciertos visitantes regulares; las grullas han dado fama mundial al lugar y lo ha convertido en un imán para e turismo ornitológico, además de mantener la curiosidad de los neófitos locales en la materia.

Javier Mañas conoce bien el percal, no solo por ser del pueblo, sino porque lleva un cuarto de siglo instalado allí tras pasar los años formativos en Zaragoza. En 1995 abrió el Albergue Allucant, que hoy en día cuenta con 54 plazas; seis habitaciones dobles con baño y varias estancias para tres o cuatro personas con baño compartido. Es un enclave privilegiado para esperar a las grullas en su viaje anual de ida y vuelta, con parada y fonda en la laguna, que en el entorno local se delimita con las fechas (aproximadas) del Pilar y la Cincomarzada.

"Me crié aquí –explica Javier– y tras estudiar en Zaragoza, trabajé en producción audiovisual un tiempo. En 1993 volví a la zona a trabajar, concretamente a Centro de Interpretación de la Laguna de Gallocanta, que no está aquí; se sitúa entre Tornos y Bello, en la otra punta del contorno. La laguna estaba entonces en vías de protección, y hubo bastante conflicto; unos y otros usaban el tema con fines políticos y el ambiente estaba tan caldeado que nadie vino a inaugurar el centro. Yo siempre pedí calma, reivindicando además mi condición de lugareño y currante. Al final se consiguió un Plan de Ordenación de los Recursos Naturales (PORN), se reguló el tema y se calmaron los ánimos".

Para entonces, Javier ya pensaba en nuevos retos. "Mi hermana estaba en el albergue Sargantana, que desde su inauguración dio mucha vida a Canfranc, y pensé en hacer algo así en Gallocanta. Aquí hay movimiento cuando están las grullas, pero el resto del año... pues no mucho. El año pasado no hubo agua ni, por tanto, grullas; lógicamente, fue un desastre económico para el negocio. De hecho, acabó con la sociedad que tenía antes, y seguí solo, como empecé. Desde julio, mi pareja actual trabaja conmigo en el restaurante; se llama Vipul Dutt Bhardwaj, ‘chef’ de Nueva Delhi. Tiene un máster en cocina ayurveda".

Cuando las cosas van bien, el ‘problema’ –bendito, pero problema– es la escasez de infraestructuras. "Este año todo ha seguido su curso y no puedes atender a todos los que vienen, pero hacemos todo lo que podemos. De todas maneras, quiero romper con esa dinámica. La grulla lo copa todo y es lógico, aquí hicimos chocolate, vino, fundas de gafas... todo inspirado en la grulla, pero hay que hacer más cosas, desestacionalizar. La Asociación de Amigos de Gallocanta está haciendo un buen trabajo con eso. Nosotros contamos con una cocina excepcional a precio asequible, 12 euros entre semana y 16 el fin de semana, con productos de cercanía y recetas tradicionales junto a las especialidades indias que borda Vipul. También colaboramos con guías locales y, sobre todo, con los grupos de turismo ornitológico. En verano hacemos cursos de escultura con mi cuñado, Alberto Gómez Ascaso, autor de nuestra estatua de grullas. También se han hecho encuentros fotográficos".

En Allucant saben armar buenas fiestas. Para ello cuentan con El Redondo, caseta de piedra en el jardín que también se emplea para actividades formativas. "Hicimos un fin de semana Bollywood, con mandalas, música y picoteo callejero al estilo indio; a mitad de diciembre haremos un taller de cocina ayurveda al que viene gente de varias ciudades, abierto a cualquier interesado. Hemos sido punto de reunión de los fans de la serie ‘Doctor en Alaska’ durante años; en 2017 hicimos fiesta con música de Roberto Gandul y Lauri, que están en Luco, y Xavi y Elena que viven en Calamocha, y rescatan canciones de las orquestas de los sesenta bajo el nombre de Orquesta Pascuali. También hacemos un Spring Day en la primavera, y los Encuentros de Primos, que juntan a familiares dispersos en Gallocanta. Seguimos inventando".

Además de grullas, la Virgen del Buen Acuerdo... y Labordeta

La ermita de la Virgen del Buen Acuerdo concita el fervor religioso local. Hay romería el 23 de abril, día de San Jorge, y también es lugar muy apreciado en la comarca para las bodas. El peregrinaje se despoja de contenido religioso cuando el motivo son las grullas, y también tiene sus celebraciones específicas, a primeros de noviembre cuando llegan del norte y a finales de febrero cuando regresan de su tránsito sureño. La vigesimoprimera fiesta de bienvenida de las grullas a Gallocanta se celebró el pasado 3 de noviembre, con un intenso programa de actos. Uno de los puntos fundamentales tuvo como sede el Centro de Turismo y Congresos del pueblo, donde se inauguró una exposición sobre la figura de José Antonio Labordeta, que sigue siendo visitable.

Hace un mes también se presentó allá el ‘TBO Labordeta’ (GP Ediciones), una obra de Carlos Azagra que contó con el auspicio del Gobierno de Aragón. La viuda de Labordeta, Juana de Grandes, estuvo presente en el acto. La historia tiene su miga; con San Lamberto como narrador –hay un tema de Labordeta llamado ‘El milagro de Lamberto– se cuenta en cuatro capítulos la vida del cantautor aragonés, con un arranque en las alturas; santo y homenajeado se encuentran en el cielo y Lamberto le dice a Labordeta que se sabe su historia al dedillo. Luego viajan a la tierra, y aterrizan en Zaragoza un 10 de marzo de 1935, fecha de nacimiento del ‘abuelo’.

Los imprescindibles

Las hogueras

San Antón, San Fabián y San Sebastián son los santos de enero que se celebran con hogueras; todo un reclamo para los hijos del pueblo gracias a la cofradía. Las patronales, que eran en mayo, se trasladaron a agosto hace muchos años.

Contar grullas

Lo hace personal de la Sociedad Aragonesa de Gestión Agroambiental (Sarga). Porcentúan adultos y jóvenes por zonas, hay cinco puntos de control; se sabe cuándo y por dónde vienen y dónde suelen instalarse.

La asociación cultural

Los Amigos de Gallocanta tienen en el naturalista Diego Bayona a un portavoz muy activo. Además de dinamizar las actividades culturales del pueblo todo el año, se han significado por la protección de los espacios naturales.

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